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El Banco de España quiere que Cajasur tenga dueño en un mes
El presidente del FROB, Javier Aríztegui, asegura que habrá al menos 550 despidos una vez se produzca la adjudicación a una nueva empresa · Sobre la fusión frustrada, asegura que lo ocurrido es inexplicable.
Cajasur tendrá dueño en menos de un mes y la operación tendrá un coste laboral de al menos 550 trabajadores. El Banco de España, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), se ha fijado el 10 de julio como fecha de referencia para la adjudicación de la entidad cordobesa a una de las cajas o bancos que han sido enviado sus propuestas al banco de inversión japonés Nomura -que asesora al Banco de España en el proceso de intervención de Cajasur-, según explicó ayer el subgobernador del Banco de España y presidente del FROB, Javier Aríztegui, en su comparecencia ante la comisión del congreso encargada de vigilar las actuaciones de este fondo de reestructuración. Pero la peor parte del proceso se la llevarán los trabajadores. Aríztegui cifró, según fuentes de la subcomisión del FROB presentes en la comparecencia, en "un mínimo de 550 empleados" el recorte necesario en la entidad de ahorro intervenida, lo que supone un despido de 120 trabajadores más de los que hubieran salido de la caja en el último de los escenarios que se barajaron en la fusión con Unicaja. Además, el adjudicatario de Cajasur tendrá potestad para iniciar los recortes por donde y como quiera porque, según las fuentes consultadas, "no habrá compromiso laboral".
Y es que el Banco de España quiere que la operación cueste lo menos posible a las arcas del estado. Al proceso se han presentado al menos siete entidades -queda abierta la posibilidad de que alguna llegara entre ayer y hoy por correo-, que son: Unicaja, Cajasol, Ibercaja, Caixa Geral, BBK, Ibercaja, Banco de Sabadell y BBVA y de entre ellas saldrá el adjudicatario de la entidad intervenida. Las fuentes consultadas señalaron que Aríztegui explicó que la elección se realizará en función de la solvencia, la capacidad de gestión y el ahorro de costes que suponga para las arcas del estado el proceso. Es decir, se escogerá la caja o el banco que menos dinero necesite para asumir Cajasur, estabilizar su situación y asumir su negocio, ya que la entidad se venderá en bloque y no será troceada. Por tanto, una vez cerrada la lista de solicitantes, se realizará una primera criba por parte del FROB y de Nomura, que llegará para finales de este mes, para que las entidades elegidas aporten una documentación más amplia y "con todo detalle".
Pero, ¿por qué se habla de elegir la entidad que menores costes suponga para el Estado? La respuesta reside en que la adjudicación de Cajasur llevará aparejado un Esquema de protección de activos (EPA), que contemplaría que el FROB "absorba por un período de tiempo las pérdidas por deterioro de activos" de la caja y las cubra, de forma que "la mayor parte de las pérdidas las suscribiría el fondo y una parte más pequeña las cubriría la entidad que se hiciera con Cajasur". Así, mientras menos solvente sea la entidad que se quede con Cajasur más dinero tendría que aportar el erario público.
La rapidez con la que el Banco de España quiere cerrar el proceso de Cajasur pretende evitar el deterioro de la entidad, a la que se le van a inyectar el jueves 800 millones de euros -300 más de los previstos inicialmente- con concepto de cuotas participadas adquiridas por el FROB. Además, se ha dispuesto una línea de 1.500 millones de euros para garantizar la liquidez de la caja y hacer frente a contingencias, aunque Aríztegui explicó que lo más probable es que no sea necesario recurrir a este fondo porque, según explicó el subgobernador del Banco de España, la "alta fidelidad" de la clientela ha evitado una retirada masiva de fondos, lo que habría agravado aún más la situación de la caja cordobesa.
El también presidente del FROB explicó todo el proceso de Cajasur desde el principio. Así, Aríztegui precisó que el Banco de España realizó constantes advertencias a Cajasur por sus excesos de concentración en inversiones inmobiliarias. De ahí se pasó a la petición de planes de viabilidad y al mandato de la fusión para evitar la quiebra de la entidad. Aríztegui fue muy expresivo al referirse al consejo de administración del 21 de mayo, en el que el Cabildo, el representante de los trabajadores de Cajasur y los impositores frustraron la fusión con Unicaja y señaló que no se explicaba cómo después de que el proceso estuviera encarrilado y, aunque hubiera habido altibajos, se llegara finalmente a esa decisión. Aríztegui dejó claro que en el Banco de España nadie se esperaba una postura tan "sorprendente".
Fue en ese momento cuando un parlamentario del PP preguntó al subgobernador del Banco de España el motivo por el cual se ordenó la fusión con Unicaja en detrimento de la de Caja Murcia. Aríztegui precisó que el coste de la operación con Unicaja era mucho más bajo para las arcas del estado -Caja Murcia pedía alrededor de 400 millones de euros más que la caja malagueña-. Además, la entidad malagueña ofrecía más garantías al Banco de España. No obstante, el presidente del FROB reconoció que en Unicaja había un mayor solapamiento de oficinas y había conciencia de que eso podría suponer un mayor coste laboral. Aríztegui dio a entender, según fuentes de la comisión parlamentaria, que pesó más el coste de la fusión con Caja Murcia que el solapamiento de oficinas y su presumible coste laboral.
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