Cultura

"El baile siempre está en mi vida, es la mejor forma de autoanalizarme"

  • María Pagés desnuda sus recuerdos en el 'Autorretrato' que la Bienal estrena el día 26, tras mostrarse en Japón · La obra surge de un conjunto de solos que bailó en la escuela de Baryshnikov en Nueva York

Es una de las grandes y en su afán por situar el flamenco en la cima de la danza internacional se codea con los mejores bailarines de todas las geografías y disciplinas, como Mikhail Baryshnikov. El encuentro entre la sevillana María Pagés y el celebérrimo intérprete nacido en Riga supuso, en noviembre del año pasado, un momento de especial intensidad para la artífice de Canciones antes de una guerra. El resultado de ese fogonazo se llama Autorretrato, se estrena los próximos 26 y 27 de septiembre en el Teatro Maestranza dentro de la Bienal y aún quedan localidades a la venta.

María regresa así a una cita que para ella tiene un carácter casi religioso, en la que debutó hace 20 años y de la que se ausentó en la anterior edición. "Si no estás en la Bienal te falta algo, es como una peregrinación". "El detonante de esta obra es el propio Mikhail, que me invitó a bailar al Baryshnikov Arts Center y me pidió una obra muy personal que mostrara lo que soy como persona y creadora. Necesitaba ampliar ese trabajo ahora, un año antes de que mi compañía cumpla dos décadas. El baile siempre ha estado presente en mi vida y lo estará. Es la mejor forma que tengo de autoanalizarme", explica.

En Autorretrato se incluyen algunos de sus solos más emblemáticos, como la Nana que integra los versos de Miguel Hernández. Y aunque en esta versión de gran formato participan los ocho bailaores de su compañía, toda la propuesta gira en torno a la vida y a la condición de artista y madre de esta mujer de la que José Saramago escribió: "Ella baila y, bailando, mueve todo lo que la rodea. Ni el aire ni la tierra son iguales después de que María Pagés haya bailado".

Sevilla, a la que dedicó el espectáculo homónimo que estrenó en 2006, vuelve a estar presente en este Autorretrato porque "es parte de mi vida". Aquí, en lugar de recrear los rincones y fiestas de su ciudad natal, aparecen los cuatro espacios que más ha frecuentado en su carrera: el estudio, los entresijos de un teatro, el escenario y los viajes empuñando maletas y baúles. Son las cuatro escenas de un trabajo que se abre con una soleá apolá que es ya toda una declaración de intenciones. "El índice emocional de la obra es esa letra popular que dice: 'El espejo en que te miras/ te dirá como tú eres/ pero nunca te dirá/ los pensamientos que tienes", detalla.

Muy orgullosa se muestra también con la farruca que ha coreografiado José Barrios, uno de los talentos de su compañía, al que augura un futuro tan prometedor como el que ya disfruta Rocío Molina, "que también pasó por esta formación". No faltan tientos, martinetes y unos sorprendentes tanguillos. Una composición musical de Rubén Lebaniegos cierra el montaje, que cuenta con la dirección de la propia María, que también ha diseñado el vestuario y la escenografía.

Tras la Bienal, la coreógrafa retomará su agenda internacional y la creación de su primer paso a dos contemporáneo con el belga Sidi Larbi Cherkaoui, cuyo talento ha disfrutado en reiteradas ocasiones el público del Teatro Central. Cherkaoui es otro de los grandes que, como Baryshnikov, se ha rendido al braceo elegante de esta mujer que calza un cuarenta y suele sacarle "más de una cuarta" a sus geniales parejas de baile. Aunque la altura que manda en el escenario, eso lo sabe ella, es la del talento.

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