Cuatro décadas de ayuntamientos democráticos (13) | Red provincial de carreteras y caminos rurales

Millones y millones de inversión para conseguir unas vías dignas de este siglo

  • Mucho ha llovido ya desde aquellos principios de los 80 en los que el 46% de las carreteras de la red provincial, la segunda red en extensión de toda España, estaba sin asfaltar, vías que en algunos casos eran las únicas que unían municipios cordobeses

Un camino rural de la comarca de Los Pedroches

Un camino rural de la comarca de Los Pedroches / El Día

Buena parte de culpa de la conversión de la provincia de Córdoba franquista del blanco y negro a la provincia de Córdoba democrática a todo color la ha tenido el desarrollo de las comunicaciones por carreteras y caminos, que han supuesto rescatar del aislamiento a muchos municipios. Muchos son los millones de euros que todas las administraciones han invertido durante los últimos 40 años en las distintas redes de carreteras y en los caminos que comunican y atraviesan los municipios cordobeses, en su creación, en su conservación y en su mantenimiento.

Una de esas administraciones es la Diputación, que mantiene una Red de Carreteras Provincial que tiene una importancia vital en las comunicaciones en todo el territorio cordobés y que es una de las más extensas de España. A principios de la era democrática, las carreteras provinciales tenían una longitud total de 2.342 kilómetros, una longitud mayor que la red estatal, que era de 1.978 kilómetros.

“Por razones que no son al caso, el Estado tiene una escasísima red de carreteras en ciertas zonas de la provincia, habiendo tenido la Diputación que actuar subsidiariamente para poder comunicar numerosos pueblos y aldeas cordobeses con la red estatal”, según se pone de manifiesto en publicaciones de la época, como la revista Omeya, editada por la institución provincial. En ese documento se destaca que “se advierten zonas como El Valle de los Pedroches, el Valle del Guadiato y otros zonas como Fuente Palmera y Santaella y sus entornos, por ejemplo, en las que las únicas comunicaciones son las carreteras provinciales”.

También que “existen 18 pueblos de la provincia y casi la totalidad de las aldeas cuyos accesos dependen únicamente de esta red, entre ellos poblaciones de tanta entidad Pedroche, Torrecampo, La Granjuela, Fuente Palmera, Santaella, La Victoria, Palenciana, Guadalcázar, Villafranca...Para darnos cuenta de la escasez de comunicaciones en ciertas zonas basta decir que si trazáramos una linea imaginaria desde Cardeña a San Calixto, de más de 115 kilómetros, sólo se cruzarían cuatro carreteras estatales”.

El documento continúa destacando que “las numerosas aldeas de Priego de Córdoba, Iznájar, Fuente Palmera, La Carlota y Fuente Obejuna, así como extensas áreas de las campiñas de Córdoba y Santaella y las nuevas zonas de los nuevos regadíos del Genil-Cabra, con sus nuevas exigencias de transporte escolar y grandes portes de tipo agrícola –trigo, remolacha, algodón y aceitunas– hacen que cada día necesite mayor asistencia esta red que en estas zonas no sólo es secundaria, sino que es básica y única”. Por razones de su servicio en el Plan Nacional de Carreteras Provinciales, la red viaria de la Diputación se dividió entonces en red básica – a la que correspondían 1.348 kilómetros–, red complementaria –527 kilómetros–, carreteras a ceder –421 kilómetros– y carreteras en construcción paralizada –44 kilómetros–.

Las carreteras provinciales tenían hace cuatro décadas en el Norte de la provincia la misión “principalísima” de unir municipios entre sí. Todos esos municipios eran prácticamente de la red básica, dada la baja densidad que en la provincia existía de la red estatal de carreteras. En el Centro de la provincia, las carreteras de la Diputación constituían los grandes nervios de las explotaciones agrícolas de la campiña cordobesa y el nexo de comunicaciones entre pueblos y aldeas de las zonas de colonización de Carlos III.

En el Sur era más extensa la red complementaria, “pues existen muchos caminos de tipo olivarero, sin dejar de resaltar las comunicaciones de las aldeas de Priego de Córdoba, Almedinilla e Iznájar, que exigen grandes inversiones por la longitud y dureza de sus trazados”, según queda reflejado en un acta de Pleno de la primera Corporación provincial democrática.

Sobre el estado de la red provincial de carreteras a principios de los 80, en ese documento se incide en que, “en principio, es difícil definir si el estado de esta extensa red es bueno o es malo”. “Por una parte es la segunda red de España en longitud, sólo aventajada por la de Lugo, y sólo hay seis provincias que sobrepasan los 2.000 kilómetros, si exceptuamos las de Navarra, en las que no hay carreteras estatales”, apunta el documento.

Los primeros trabajos de mejora de la red provincial de carreteras en la era democrática consistieron, según actas de Pleno de la época, en la afirmación de 1.431 kilómetros con pavimentos asfálticos o especiales. Todo ello en un contexto en el que había 900 kilómetros de caminos en la provincia de Córdoba en estado “malísimo” con el anticuado también en esos años firma de macadam o granular, lo que suponía que la cordobesa fuera la segunda provincia española que conservaba en 1980 que conservaban ese tipo de firme, mientras que las carreteras estatales estaban ya prácticamente todas asfaltadas.

Según el Ministerio de Obras públicas (MOPU) de entonces, el 46% de la red provincial estaba sin asfaltar. Se le dio un vuelco a ese porcentaje tras unas primeras obras de pavimentación llevadas a cabo por la Diputación que supusieron que la longitud total de carreteras asfaltadas llegara en un primer momento al 60%. No obstante, todavía quedaban más de 300 kilómetros de la red básica (unión de pueblos, aldeas o grandes nervios agrícolas) que necesitaban una atención urgente y cuyo arreglo se presupuestó en un millón de pesetas de la época –unos 6.000 euros de ahora–.

En cuanto a los caminos rurales, se dio un gran paso, por ejemplo, a principios de este siglo, cuando la provincia de Córdoba recuperó un total de 750 kilómetros, reparados y puestos en funcionamiento con una inversión total de 28 millones de euros que se llevó a cabo por espacio de seis años, concretamente entre los ejercicios 2002 y 2007.

El entonces presidente de la Diputación, Francisco Pulido, destacó en esos momentos que “gracias a este trabajo entre la Junta de Andalucía, la Diputación y los ayuntamientos se ha podido realizar esta importante actuación de recuperación, que ha estado financiada en un 60, 30 y 10% respectivamente por cada administración”.

El presidente de la institución provincia explicó que los objetivos de esta rehabilitación eran los de ayudar a la economía de las zonas rurales con unos caminos en las mejores condiciones posibles, al mismo tiempo que se potenciaba el turismo. Pulido destacó asimismo la importancia que tiene arreglar los caminos para que los agricultores y ganaderos puedan trabajar con normalidad y no los encuentren “embarrados o impracticables”.

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