Misión cumplida. El Córdoba logró despedir la temporada con una victoria para brindársela a su afición y maquillar la temporada, aunque la sombra del fracaso es bastante notable. Carrión tenía claro que el choque dependería de las ganas de ambos equipos y logró que su equipo mostrara más que un Girona ya de Primera.

Fiel a su 4-1-4-1 con el que han llegado los mejores resultados, Carrión dio la alternativa a Mena y premió a Razak. El resto del equipo, con la salvedad de la ausencia de Aguza, era el habitual, lo que mostró las ganas del Córdoba de ganar. Eso sí, los blanquiverdes se encontraron con un Girona tranquilo pero bien plantado, decididos a no regalar nada. Apenas un par de ocasiones hubo en el primer acto, con Javi Galán y Piovaccari como hombres más activos. El Girona, apoyado en sus poderosas bandas, lanzó algún contragolpe, pero no gozó de opciones claras.

El choque se abrió en la segunda parte, cuando el cansancio pasó factura. Entonces el Girona abrió el marcador pero el Córdoba anduvo listo y subió el nivel físico para terminar atosigando a su rival y llevándose el partido. El Arcángel pudo despedir a sus jugadores con la última alegría del curso.