Córdoba CF

Despertar a la carrera

  • El CCF naufraga en el estreno arrollado por la velocidad ofensiva del Cádiz y su incapacidad para generar peligro real

  • Los amarillos sentenciaron en sólo media hora liderados por Salvi

El despertador sonó bruscamente para un Córdoba que arrancó la temporada con un incontestable revés en El Arcángel. Como ya había advertido más de uno en la previa a modo de aviso, lo hecho durante la fase de preparación quedó en nada cuando el balón rodó ante un Cádiz armado de atrás hacia adelante que apenas sufrió en su área y desarboló a la carrera a los blanquiverdes. Un primer gol a los 37 segundos tiró por la borda todo el guión de un Carrión que sorprendió con la suplencia de Javi Galán y fue incapaz de encontrar respuesta ni con tres variantes tácticas. El segundo tanto a la media hora sentenció el encuentro pese los intentos de un CCF que chocó una y otra vez en la muralla amarilla en una cita en la que repitió sus problemas defensivos por el costado de Pinillos y no tuvo ni la continuidad ni la clarividencia necesarias para asustar de verdad a Cifuentes.

El partido no pudo empezar peor para el Córdoba, pues a los 37 segundos ya se vio por debajo en el marcador tras una cabalgada marca de la casa de Salvi Sánchez por la diestra y un remate certero a la carrera del incombustible David Barral. Había quien no se había sentado aún en su localidad y el choque ya estaba cuesta arriba. Un golpe a la consistencia mostrada durante el verano por el cuadro blanquiverde, obligado a levantarse ante un rival que se siente tremendamente cómodo atrincherado en su parcela y explotando la velocidad de sus cuatro hombres de arriba. Difícilmente podía haberle salido mejor el plan a Álvaro Cervera, que seguro tomó nota de los problemas defensivos que la dupla Pinillos-Jaime ya mostró una semana antes ante el Extremadura, pues por ahí martilleó una y otra vez su equipo.

Carrión sorprendió en el once y luego varió hasta tres veces el sistema sin resultadoSin continuidad en el juego, Cifuentes neutralizó las escasas llegadas de los locales

El CCF tardó en encontrarle el punto al encuentro, si es que alguna vez lo hizo, lógicamente tocado por el daño de ese primer directo al rostro. La presión amarilla dificultaba el juego de toque local y los intentos en largo rara vez daban el resultado apetecido. Con todo, el habitual desdoblamiento de los laterales provocó la primera aproximación clara de los blanquiverdes, si bien Aguza, forzado, no pudo conectar con la cabeza el envío de Fernández. Un final similar, incluso sin susto alguno, al que tuvieron los varios intentos de Pinillos y Jaime Romero por el perfil contrario.

Ante esta situación, las aproximaciones con mayor peligro llevaron la firma de Javi Lara, primero con un libre directo que el leve toque en la barrera alejó del arco, y luego con un disparo seco que Cifuentes atajó abajo. Pero ni siquiera esas estiradas parecieron inquietar lo más mínimo a un Cádiz que tuvo la sentencia antes de la media hora, primero con un zurdazo de Álvaro García que Stefanovic agarró y, sobre todo, con una nueva carrera de Salvi con pase de la muerte que Joao Afonso desvió a saque de esquina dejando con el molde a Aitor García.

No hubo lugar a la tercera. La siguiente aparición de Salvi en conexión con Barral volvió a sacar las cosquillas a la zaga cordobesista, incapaz de contrarrestar la velocidad de un extremo que cedió en bandeja de plata el tanto a Álvaro García. El decorado no podía ser más doloroso, lo que empujó a Carrión a mover el banquillo mucho antes de lo previsto. Y al técnico no le tembló el pulso lo más mínimo: Jona al campo para dibujar un 4-4-2, con Edu Ramos incrustado como central y toda la responsabilidad de la medular para la dupla Aguza-Lara. Una agitación buscando la reacción que se convertía, de paso, en un caramelo para el Cádiz, que rozó el tercero en dos acciones nuevamente a toda mecha de Álvaro García a las que les faltó únicamente la guinda del remate de Barral.

El Córdoba estaba herido de muerte, noqueado ante una situación desconocida en un verano plácido en cuanto a resultados que quebró nada más empezar el fuego real. Necesitaba resetear, un motivo para volver a creer. Lo intentó a balón parado con dos saques de esquina casi consecutivos que tocó bien Josema, sobre todo el primero, que tuvo la notable respuesta abajo de Cifuentes. Pero se marchó al descanso sin conseguirlo, y con la preocupación máxima de ver su incapacidad para superar el muro visitante, cada minuto más cerca de su arco, cada segundo más contundente, si bien siempre con la capacidad para lanzar rápido las contras.

Una situación que de salida se mantuvo en la segunda mitad pese al intento de paso al frente de un Córdoba que tuvo su mejor opción con un centro desde la izquierda de Javi Lara y un cabezazo picado de Alfaro que repelió de manera soberbia Cifuentes. A los blanquiverdes les faltaba un punto de continuidad en el juego, de clarividencia, y les sobraba la precipitación propia de querer meterse lo más pronto posible en el partido. Carrión buscó entonces la chispa de Javi Galán con media hora por delante, sacando del campo a Jaime Romero; en el Cádiz, Álvaro ya se había encargado de echar cemento a la medular aprovechando la lesión de Salvi.

Esa simple variación hombre por hombre ya dio algo más de dinamismo al ataque de un CCF que empezó a acumular más minutos en campo contrario con cierto criterio. Faltaba golpear, o al menos amagar de verdad. En definitiva, poner en apuros a Cifuentes con más regularidad. Algo que intentó Guardiola tras una dejada de Galán con la testa, pero la volea del ariete se fue muy arriba. Carrión se acordó entonces de Markovic y con la salida de Alfaro dibujó un 4-2-3-1 con Guardiola partiendo desde el perfil diestro. Una tercera variante que casi da sus frutos de salida cuando el zurdo cabeceó un envío que obligó al meta cadista a estirarse para despejar.

Con un cuarto de hora por jugar, el Cádiz dio otro paso atrás con la entrada de un lateral para cerrar su costado derecho, la vía de agua más clara para un Córdoba que necesitaba mucho más para dar la vuelta a la situación. Pero los minutos se consumieron sin que el decorado cambiara, en parte gracias a otra buena parada de un superlativo Cifuentes en un mano a mano con Jona ya en el alargue, que apenas sirvió para que en la última jugada del encuentro Markovic maquillara la cuenta con un gol que no minimiza el disgusto de un debut que atropelló a los blanquiverdes desde el inicio.

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