Córdoba CF

Comienza a asomar el sol

  • La agónica victoria blanquiverde es el bálsamo perfecto para reconciliar al equipo con su afición

  • La animación vuelve a ambos Fondos en una buena entrada, aunque lejos de la mejor

Comienza a asomar el sol

Comienza a asomar el sol

Como agua que penetra en la garganta irritada y seca para devolverle la vida y suavizar el respirar. El tanto de Rodri dio al Córdoba tres puntos de oro y algo que quizás valga mucho más que todo eso en el corto plazo. Le devolvió la sintonía con su afición, en un día que todos habían señalado en rojo como clave y primordial para no comprometer por enésima vez el objetivo de la permanencia. En el momento justo, la grada propuso -el club facilitó a todos los niveles una buena asistencia- y el equipo respondió con entrega y una victoria que devolvió a El Arcángel momentos de euforia objetivamente no tan lejanos, pero que ya casi nadie es capaz de recordar.

La progresiva diáspora del socio blanquiverde en la segunda vuelta la trató de frenar el club por la calle de enmedio. Y eso a pesar de que Alejandro González -ausente ayer del palco pese a su papel de presidente- ya dejó claro en su día que lo de regalar entradas no entraba en su filosofía de gestión. De cualquier manera, antes del arranque del choque lo cierto es que se respiraba un ambiente optimista que se contagiaba. Ambiente de fútbol otra vez en El Arcángel, a pesar de la gran afluencia de esos aficionados que sólo hacen acto de presencia cuando las promociones lo ponen a tiro, para enfado del abonado fiel. Si uno presta un poco de atención, identifica con facilidad al seguidor habitual y al ocasional. Basta con ver la dificultad de algunos para encontrar el asiento, la facilidad con la que se distraen del juego o la animosidad con la que se premia cualquier acción, por modesta que resulte. Pero, haciendo de tripas corazón, habrá que dar todo eso por bueno teniendo en cuenta la situación del equipo y el peligro real -todavía no disipado- de descenso.

La Liga de Fútbol Profesional cifró en 13.750 los pobladores de las gradas de El Arcángel en el choque de ayer, un número sensiblemente superior al registrado de media en casi toda la segunda vuelta. Pero ni así el Córdoba consiguió superar la entrada que se produjo ante el Cádiz, cuando se alcanzaron 15.600 asientos ocupados en el coliseo ribereño. De cualquier modo, el ambiente era de día grande y eso se dejó sentir desde antes del pitido.

A ello también contribuyó el tifo que se desplegó en Fondo Sur, con el lema Para bien o para mal, que aportó colorido mientras los jugadores saltaban al campo y, de paso, suavizó en ese sector del campo los cánticos contra la directiva que venían repitiéndose en el minuto 54 de cada uno de los encuentros que los de Carrión disputaban en casa. Coincidencias que dan que pensar... Pero más allá de esos detalles que todo club controla -de manera siempre más bien poco cristalina- para contentar a algunos y acallar a los otros, El Arcángel dejó ayer su aroma de velatorio (salvo por el minuto de silencio brindado en honor a Ekeng después del primer aniversario de su fallecimiento) y fue un polvorín desde el primer minuto. Además de por lo ya mencionado, Incondicionales aportó su grano de arena en su regreso a la animación desde el Fondo Norte, dejando atrás el triste y aireado asunto del bombo que deslumbraba a la señal de televisión, al palco de autoridades o vete tú a saber...

Rencores aparte y conscientes de la situación del equipo, todos los sectores del cordobesismo fueron uno en el aliento a los jugadores y recibieron en contraprestación una enorme entrega y el premio final de la victoria. Entre ese buen ambiente creado desde la grada por los que nunca faltan y la inexperiencia de los nuevos, el minuto 54 pasó casi sin bufandas al viento y con pocos y apagados pitos contra la directiva, aunque también los hubo. Ayer la victoria era tan importante que incluso esas reivindicaciones quedaron en un segundo plano y el guion del partido completó una tarde casi idílica en El Arcángel, que hasta hizo más llevaderas las tediosas trabas que la instalación de la feria genera para acceder al estadio.

Además de tres puntos, el Córdoba recuperó ayer la química con su gente y eso facilitará mucho el camino. Aún queda lejos, en el horizonte, pero de cualquier manera ya se atisba el sol.

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