Fuera de cobertura

Elena Medel

Es posible

CUANTO te preguntas en qué consiste eso de participación ciudadana, la respuesta no surge de un folleto brillante, ni se explica con una cartulina que se eleva y reparte un euro aquí y otro allá, y bautiza como presupuesto participativo una reunión cuya convocatoria apenas trasciende incluso al barrio. Que los habitantes de la ciudad decidan sobre ella significa otra cosa: disfrutar de espacios en los que proponer y organizar, transformados en auténticos puntos de referencia y encuentro; que de verdad se les escuche si reclaman una zona verde o el eterno aparcamiento. Ojalá, a estas alturas, ya hayan leído sobre el CSOA Pabellón Sur. No tomas de posesión, no visitas reales: a mí me parece la noticia de la semana que un grupo de ciudadanos resucite un polideportivo con más de diez años de cierre, en un barrio que necesita equipamientos, que soporta con paciencia de chicle la sucesión de propuestas electorales para dar uso a ese espacio, y que observa cómo todos esos planes se evaporan conforme las legislaturas avanzan.

Según la nota de quienes han insuflado vida al Polideportivo de la Juventud, los okupantes pertenecen al movimiento asociativo, sindical, social, y su trabajo en el CSOA posee un carácter temporal, supongo que para llamar la atención sobre las posibilidades de muchos edificios hoy a cal y canto -y que con una mínima disposición por parte de sus titulares podrían funcionar mañana a toda máquina-, y para demostrar que el presupuesto escaso puede suplirse con mucho esfuerzo e imaginación, con un batallón de hombros arrimados. Desconozco una iniciativa similar, y anterior, en Córdoba; sé -en cambio- del proyecto sevillano Fábrica de Sombreros, ubicado en una antigua fábrica en San Luis, okupada hace un año después de las promesas del Ayuntamiento de Sevilla, que pretendía -antes de las elecciones, sospecho- expropiarlo para construir allí un centro social. El tiempo pasó, las promesas con él, y un grupo de ciudadanos transformó la Fábrica en el auténtico centro cívico del barrio, con una agenda generosa -esta semana se ha celebrado el Ladyfest Sur, cita feminista con amplia participación cordobesa- que abarca desde aspectos más intelectuales a otros más cotidianos.

El CSOA Fábrica de Sombreros se enfrenta a un proceso judicial para abandonar el edificio. Desconozco si los promotores del CSOA Pabellón Sur prolongarán sus actividades más allá de esta primera semana de reivindicación, pero sería fantástico que alguien recogiera y continuara su logro, o que las esferas altas cayeran en la cuenta de lo inútil de un espacio cerrado, que supieran que es posible otorgar voz a los ciudadanos sin miedo a que griten, y hacer mucho con poco.

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