La esquina
José Aguilar
Por qué Sánchez demora su caída
CASI de manera desapercibida y sin que nadie se lo esperara, el Córdoba Club de Fútbol (CCF) se ha colado a sólo tres jornadas del final de la Liga Adelante en puestos de acceso al play off de ascenso a Primera División. Tras una campaña extraña, cargada de polémicas y malos entendidos y en la que la relación entre la grada, el equipo y la directiva ha estado marcada por choques y enfrentamientos, el conjunto blanquiverde afronta este domingo la primera de sus tres finales a las 16.00 ante el Real Madrid Castilla. Y lo hace de la mano de Chapi Ferrer, un entrenador que llegó a la ciudad como solución de urgencia, pero que en apenas un par de meses ha sabido contagiar a sus jugadores la paciencia y el sosiego suficiente como para que estos recuperen el ánimo, el juego y las ganas de hacer algo grande este año. Por todo ello, y gracias a que el presidente Carlos González parece haber decidido retirarse de manera prudente y evitar sus continuos encontronazos con casi toda Córdoba, entendemos que ahora más que nunca es necesario hacer un llamamiento a la afición para que apoye a su equipo este próximo domingo. En este sentido, consideramos muy acertadas las palabras que el alcalde, José Antonio Nieto, expresó el miércoles cuando hizo un llamamiento a la unidad de la afición para que las gradas de el Arcángel presenten un lleno importante ante el Castilla. También es adecuada la decisión de la junta directiva de poner la entradas a un precio razonable y asequible para todos, más aún cuando el encuentro coincide con la celebración de la Feria y su horario no es el más indicado. Sin embargo, hay que sobreponerse a todos los inconvenientes y a la insensibilidad de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para apoyar al CCF en un objetivo que no sólo tiene implicaciones deportivas, sino que trasciende más allá. La presencia del CCF en el play off y un eventual ascenso a Primera traería aparejados pingües beneficios para Córdoba en sectores tan determinantes para la ciudad como el turismo, a la par que serviría de escaparate de promoción nacional. Al mismo tiempo haría justicia con una afición que lleva 40 años esperando cumplir el sueño de volver a la máxima categoría y que ha demostrado ser una de las más fieles y abnegadas de cuantas pueblan las gradas de los estadios de la Segunda División. Por todo ello hay que acudir al Arcángel el domingo, llenar las gradas de colorido blanquiverde y apoyar al equipo para que cumpla sus objetivos y nos permita soñar con la Primera División.
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