Ya todo debe ir rodado

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Salinas aguarda esta misma mañana la ejecución de los pagarés de De Aldama en el primer plazo de la operación de venta del club y la designación del nuevo consejo, incluido su sucesor en la presidencia

Alberto Aguilar encabeza la expedición del Córdoba antes de coger el AVE de las 12:35 en Madrid, ayer.
Alberto Aguilar encabeza la expedición del Córdoba antes de coger el AVE de las 12:35 en Madrid, ayer.

Arranca el Córdoba del futuro. Con el 0-1 en Las Palmas como impulso desde el campo, hoy se abre una era distinta a nivel institucional. El todavía presidente, José Miguel Salinas, aguarda esta mañana una llamada del flamante nuevo propietario, Víctor de Aldama, con dos confirmaciones: la ejecución de los pagarés por valor de 2,7 millones de euros, necesarios para evitar la causa de disolución de la sociedad anónima deportiva justo dos meses después de que las deficitarias cuentas del ejercicio 09-10 fueran aprobadas en la junta general de accionistas, y la designación de las personas que pasarán a integrar el consejo de administración. Salinas declinó la propuesta de De Aldama, que le ofreció la continuidad y lo tiene claro: "El presidente del Córdoba tiene que ser de Córdoba". Se trata, según su planteamiento, de alguien no relacionado con el fútbol ni la política, dato que minimiza la opción de Manuel Oviedo, antiguo presidente del club y socio del empresario madrileño. Incluso se especuló con Antonio Rodríguez Carretero, consejero hasta hace año y medio.

El Córdoba que se fraguó en el verano de 2009, después de la dimisión de Rafael Campanero y el nombramiento de José Miguel Salinas por parte de José Romero, toca a su fin. El presidente de Prasa, dueño del 98,8 por ciento de las acciones, no podía soportar más la carga económica de la entidad; meses atrás, por cierto, rechazó una oferta del propio Víctor de Aldama. Tras el trato anunciado el 22 de diciembre y finalmente frustrado con Augusta Business Capital, empresa vehicular sustentada por capital italiano con Alessandro Gaucci como cabeza visible, el grupo Signum Inversiones SL se llevó el gato al agua el pasado miércoles. Es el turno de De Aldama, quien cuenta con el apoyo de Gerardo Gutiérrez -presente, junto a Oviedo, en la rueda de prensa en la que se oficializó el acuerdo-, José María Elizalde, el magnate ecuatoriano Isidro Romero Carbo o el agente FIFA Álvaro Roncal, llamado a ejercer como asesor deportivo. Todavía faltan por salir a la palestra algunos nombres fundamentales a raíz del traspaso de la propiedad.

De momento, y a la espera de que desde hoy mismo se sucedan los acontecimientos, el Córdoba sigue su curso. El vicepresidente Antonio Prieto, habitual en los desplazamientos del primer equipo, fue uno más en la expedición a Las Palmas. En el viaje de regreso departió con Lucas Alcaraz, satisfecho por el deber cumplido. El entrenador tiene garantizada su continuidad hasta el 30 de junio, al igual que el director deportivo, Javier Zubillaga. Los jugadores se ganaron dos días de descanso con su victoria insular, por lo que no será hasta mañana cuando conozcan al incipiente jefe de todo. En el seno del vestuario también pueden respirar, tras estropearse la revolución planteada por Gaucci, porque De Aldama sólo piensa en dos refuerzos -en principio un centrocampista y un delantero, aunque apenas hay una ficha libre- en el mercado invernal para asegurar la permanencia. El nuevo dueño habla de ascender a Primera División en un plazo de tres años, no parece tener prisa. De momento, el objetivo es salvarse. Y el equipo dio un paso de gigante en Gran Canaria.

Tranquilidad en todos los frentes. Pero todavía quedan muchas incógnitas por desvelar. De Aldama confía en recibir el visto bueno del Consejo Superior de Deportes (CSD) para que el 25 por ciento firmado ante notario se transforme automáticamente en el total del paquete accionarial de Romero. Un trámite burocrático, pero pendiente. También hay que verificar que el pago inicial de 2,7 millones de euros, sobre un total de 8,5 (la deuda a corto y medio plazo), se produzca hoy. El requisito para concretar el cambio es conocer los representantes de Signum en un nuevo consejo de administración con bastantes menos integrantes para ser "más operativo". Como efecto dominó, el consejo actual se reunirá de inmediato y convocará una junta de accionistas a celebrar dentro de un mes, como mínimo, según establecen los parámetros legales. No obstante, los consejeros entrantes irán funcionando ya por su condición de accionistas, al tiempo que sus predecesores irán dimitiendo. Según dijo De Aldama la semana pasada, "va a ser una transición muy llevadera y la vamos a ir haciendo poco a poco para que sea lo mejor para las dos partes".

A día de hoy, ni Romero ni Salinas ni Prieto conocen el nombre del que debe ser el nuevo presidente del Córdoba. De Aldama, que este fin de semana tenía programado un viaje a Londres, continuará residiendo en Madrid y delegará en personal de su confianza. Gente que saldrá a la luz a partir de hoy, sin ir más lejos. El domingo, no lo olvidemos, hay partido en El Arcángel. Con otras caras.

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