Balonmano l División de Honor B

Liderato a base de tradición

  • El Prasa derrota al Ars en el derbi y regresa a la primera plaza tras la derrota del Bidasoa · El granadino Nacho Serrano comanda con sus goles el triunfo vallesano

El Prasa se tomó la revancha de sus pecados anteriores ante el Ars durmiendo como líder en solitario de la categoría ante el pinchazo del Bidasoa. Tiene guasa lo del Prasa, que en las grandes plazas y citas -ayer también lo era- sabe torear como nadie y ante el Bombero Torero pierde siempre puntos.

Decía Castillo que este equipo está hecho para jugar ante los grandes. Contra los de abajo, que le corren, le cuesta. Ayer el Ars le empezó con mucha velocidad en el juego y una defensa muy presionante, lo que le hizo jugar muy incómodo. Tanto que si el Ars no hubiera cometido tantos errores en el pase y en la selección de tiro hubiera marcado el ritmo en el luminoso, teniendo en cuenta además que no supo jugar con las superioridades que jugó al forzar muchas exclusiones de los vallesanos.

La primera parte del Ars estuvo marcada por los errores de sus dos fichajes estrella este año, Vermirovsky y Jeftic, quienes no vieron puerta. Dos fichajes que fueron los grandes artífices del ascenso de Cuenca el año anterior, pero que este año están tan irregulares como fríos. El equipo palmeño mordía en defensa, pero era caótico en ataque, porque tenía gran exceso de velocidad. Jugaba tan deprisa que perdía la cartera antes de llegar a pagar en la portería rival.

En medio de ese Prasa atascado y engarrotado por el miedo a perder después de lo de Boadilla, en medio de ese caos, estaba Nacho Serrano, de los pocos que dio la hora justa en la primera parte. Sabía cuándo había que tenerla, cuándo soltarla y cuándo lanzar, pues ayer Álex Álvarez también estuvo pasado de revoluciones en la dirección.

Serrano, que es el Cary Grant del Prasa: elegante, clásico y mortal. Se define el granadino en sus gustos musicales como un "hortera romántico", y en el campo es un personaje de dibujos animados, pero no cualquiera. Es tan elegante como la Pantera Rosa. No lanza de cualquier manera. Lo hace con encanto, suavidad y buscando el rincón de la portería para no darle opción al portero. Ayer metió siete. Lo de Chispi es diferente. Es Charles Bronson, un justiciero, un bombardero que te saca el tiro por detrás de la red en cada gol. Metió ocho.

La primera mitad acabó con el 14-12 y las espadas en todo lo alto. En la segunda, el Prasa cobró vida rompiendo con facilidad la defensa 6-0 del Ars. Luego se atascó con la defensa 3-3 de los azules, que dejó el 19-19 en la mitad del segundo tiempo. Era el minuto 46. Fue cuando despertó el Prasa y murió el Ars, que estuvo seis minutos sin marcar. Para entonces, el Prasa ya se había ido con un parcial de 3-0.

Ahí los pozoalbenses se soltaron. Dejaron sus miedos y devoraron al Palma festejando cada gol y cada parada de un Percin en estado de gracia. Moreno tiraba la silla del cabreo, pues su equipo no merecía un resultado tan abultado. Ni el Prasa fue tan bueno ni el Palma tan malo. La grada, que no estuvo tan llena como en derbis anteriores, cantaba, chillaba y saltaba mientras la afición visitante callaba. Son ya cinco derbis en liga y todos los ha ganado el Prasa. Para el Ars, ver al equipo de Pozoblanco sigue siendo como ver al diablo.

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