Mayo volvió a traer a Córdoba una combinación explosiva en El Arenal. La feria, recién inaugurada, junto a un partido de fútbol. Y todo ello en un ambiente más veraniego que primaveral, tendiendo al bochorno más que a la suave y agradable brisa. Fue quizás por eso, por la fugacidad de estos días de jolgorio, por las desilusiones que el Córdoba está regalando en esta segunda vuelta a la afición que la entrada en El Arcángel fue una de las más pobres de la temporada. Tampoco ayudan los accesos al estadio, un lastre que el paso de los años no ha corregido cuando las atracciones se despliegan junto a la fachada de Tribuna.

En el campo el choque se vivió con aire distraído, como por contagio del jolgorio que a las puertas del mismo se vivía. Eso sí, la afición blanquiverde no se olvidó del fallecimiento de uno de los suyos, José Luis Urbano, que no recibió su merecido tributo en forma de minuto de silencio antes del arranque del choque. Una circunstancia que provocó los silbidos de la hinchada y un considerable enfado en más de un aficionado. Desde el club, sin embargo, se aclaró más tarde que la Federación no había comunicado a tiempo la autorización para llevar a cabo el minuto de silencio que debió honrar la memoria del tristemente fallecido exfutbolista blanquiverde.

La tarde también tuvo como protagonista a un cordobés errante. Uno de esos que a pesar de no haber vestido la blanquiverde triunfa en el fútbol español. Se trata de Sergio León, que no tuvo su tarde en El Arcángel, pese a la presencia de familiares y amigos en la grada, llegados desde Palma del Río para verle en directo. Eso sí, entre la animosa afición del Elche, la mayoría de camisetas llevaban serigrafiado el nombre del punta cordobés, que además del pichichi de la categoría es ya todo un ídolo en tierras ilicitanas.

De camisetas iba la cosa porque en el choque de ayer también hubo presencia, aunque leve, de aficionados del Recreativo de Huelva. La afición onubense, hermanada hace años con la cordobesista, hizo acto de presencia en tierras cordobesas aprovechando la feria y el final de la liga en Segunda División B,categoría que el Decano seguirá ostentando una temporada más después de un curso complicado en el que logró amarrar finalmente la permanencia.

Tras un primer tiempo en el que la afición parecía apagada, a pesar del buen juego de su equipo, los apuros finales despertaron a la grada y el cordobesismo volvió a ser clave para que el equipo de Oltra diera el paso definitivo hacia la victoria. Al final, los gritos de "Sí se puede" tomaron protagonismo en la grada, dejando atrás las dudas y encomendando a los corazones blanquiverdes a un final de temporada que se prevé no apto para cardíacos. De momento, al menos los cordobesistas podrán disfrutar de la feria sin remordimientos. Del equipo depende alargar ese estado de ánimo festivo hasta final de la semana con un nuevo triunfo el miércoles en Anduva.