Cuando todo es negro, no hay nada que hacer. Un CCF insulso y carente de recursos cayó ante un ramplón Levante, que hizo lo mínimo para llevarse el partido.

Romero varió su esquema habitual, apostando por un 4-4-2 con Bebé y Ghilas en punta. Además, agitó una semana más la alineación, dando entrada a cuatro novedades (Íñigo López, Luso, Fede Vico y Ghilas) respecto al once que jugó el pasado viernes ante el Athletic. Con Crespo en la derecha y Edimar en la izquierda, Íñigo López y Deivid compartieron el eje de la zaga. Por delante, el incombustible Krhin, ayudado por Luso. El maño, apoyando a Fidel y Fede Vico, subió más al ataque que el esloveno. Arriba Bebé y Ghilas peleaban sin suerte contra la defensa granota. Todo transcurría con normalidad y sin claras ocasiones hasta que un desajuste defensivo condenó una vez más a los blanquiverdes. Barral y Casadesús desarbolaron a una espesa zaga y el delantero gaditano batió a Juan Carlos al borde del descanso.

En la segunda parte, el panorama varió muy poco. El Levante bien atrás y sin conceder nada ante un CCF que le cuesta un mundo crear peligro. Ni cambiando el sistema a un 3-5-2, el conjunto blanquiverde pudo meter miedo a Mariño. Mucho toque sin sentido y nada arriba. Así es imposible. Lo mejor es que acabe la temporada.