Llega la hora en la que el balonmano cordobés se juega algo más que un ascenso. El principal club de cantera y referente en la capital, el Cajasur Córdoba Balonmano, comienza hoy una complicada andadura hasta la Primera Nacional, antesala de la División de Honor B que da derecho a luchar por los puesto de ASOBAL, máxima categoría del balonmano español.

Un equipo de la capital en esta división podría suponer ese espaldarazo que precisa la cantera cordobesa representada en un histórico como el club granate. Pero el camino será más que complicado. Para empezar, esta tarde, el Cajasur se enfrenta ante el peor rival posible. Se trata de La Salle Maravillas, la bestia negra que hace dos años eliminó a los granates en el Campeonato de España juvenil. Será el principal escollo para que los cordobeses logren el objetivo, aunque entre los integrantes de la plantilla de Antonio Reyes no existe especial ánimo de revancha. Quizás sea un partido que llega demasiado pronto para los intereses del Cajasur, aunque una victoria esta tarde en Vista alegre les podrían en gran disposición para lograr el ascenso.

Quizás sea el momento perfecto para lograr el ansiado objetivo. En otras ocasiones, el club ha contado con más dificultades al no contar con una plantilla adecuada, pero el sentimiento común es claro: ahora o nunca. A pesar de contar con campeones nacionales y andaluces en categorías menores, el balonmano de la capital lleva años de una dura travesía por el desierto que puede acabar este fin de semana.

Para ello, el Córdoba BM ha optado por un proyecto basado en la cantera a la que destina la gran parte de su modesto presupuesto, por lo que no se puede permitir el lujo de conformar un plantilla con refuerzos de gran nivel. Tampoco ha sido necesario, ya que los chicos de Antonio Reyes han dado muestras de su enorme calidad, mezclada con la ayuda de los veteranos.

Hasta la Real Federación Española de Balonmano ya ha reconocido el trabajo del equipo con la reciente convocatoria de los jóvenes Requena y Padilla para la selección nacional júnior. Pero gran parte de todo este proyecto que va viendo la luz, después de conquistar el Campeonato de España juvenil el pasado año, depende mucho de esta fase de ascenso.

Quizás el principal hándicap de la plantilla granate sea la inexperiencia, que le puede llevar a revolucionar partidos que no necesitan de un ritmo alto para lograr la victoria. La primera línea cordobesa no supera los 20 años de media de edad, algo que hoy puede ser beneficioso ante los madrileños del Maravillas, pero un alma de doble filo para el enfrentamiento de mañana contra el veterano Amibal.

Además, la seguridad de la segunda línea en la faceta goleadora debe aportar esa eficacia para cerrar los partidos que tanto ha explotado durante la temporada regular y que expondrá en toda su extensión ante el desconocido Loma Roldán murciano. Tres rivales diferentes, pero que, en principio, no se presuponen de mayor potencial que un Cajasur que parte con la presión del anfitrión.

Para evitar ese factor, el club pretende que Vista Alegre sea una fiesta, recuperando el mágico ambiente que el pasado mes de mayo guió al equipo juvenil al título nacional. Las entradas para acceder a la sase será totalmente gratuitas y se sortearán diversos artículos del club durante los partidos. Ahí jugará un factor determinante la gran familia del Córdoba BM, uno de los pocos clubes que cuentan con una nutrida masa social como respaldo a sus éxitos.

Pero en Vista Alegre no se espera sólo a los granates de toda la vida, sino también a todos los aficionados al deporte y al balonmano en particular.

"Llega la hora del ascenso", asegura el presidente del club, Blas Cosano que defiende el modelo económico del club y recuerda que "lo hemos ganado todo, pero nos falta este salto".

Es el momento de la verdad, de demostrar que la calidad técnica y el empuje de un equipo puede más que todos los fichajes de relumbrón. Definitivamente, ha llegado la cita con el ascenso.