La Junta de Andalucía, por medio de su diario institucional -el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA)-, ha disfrazado la destitución de Mercedes Mudarra como delegada provincial de Cultura en Córdoba como una dimisión. Se trata de un matiz de cara a la galería. El anuncio institucional del recambio en el departamento autonómico se ha producido "a petición propia" de la responsable de la política cultural. Con el latiguillo institucional propio de este tipo de textos, bastante fríos, se le agradecen los servicios prestados en el desempeño de su cargo.

Nada que ver. El relevo de Mudarra al frente de la Consejería de Cultura se ha producido por una decisión ajena a la voluntad de la ex directora de los museos municipales. En ninguna de las declaraciones efectuadas por la ya ex delegada a su salida de los despachos autonómicos, que han sido varias, ha asegurado que haya pedido su relevo por la razón que sea.

Hay que tener en cuenta que Mudarra, experta en Historia del Arte, llevaba un periodo relativamente corto en el cargo, cuatro años, ya que fue nombrada en octubre del año 2004 por la actual consejera, Rosa Torres. Su antecesora, Rafaela Valenzuela, estuvo ocho años desempeñando esta función, entre los ejercicios de 1996 y 2004, hasta que fue nombrada directora general del Libro por la ex consejera y después ministra Carmen Calvo, función que sigue desempeñando.

La marcha de Mercedes Mudarra y su sustitución por Joaquín Dobladez -cuya marcha como director general del IAJ no es presentada en el BOJA como renuncia- no ha sido precisamente una noticia inesperada. La única incógnita era el cuándo, no el qué. El PSOE ha decidido contar con la experiencia de Mercedes Mudarra en la estructura municipal, donde ya tuvo responsabilidades en el pasado. Ocupará el puesto de coordinadora general de Cultura, que es el cargo directivo más relevante dentro del área municipal tras el concejal, el portavoz socialista y primer teniente de alcalde Rafael Blanco.