El adiós a Cayetana de Alba

El estilo inconformista de una aristócrata rebelde

Mucho antes de lucir leggins estampados, pulseras en el tobillo y demostrar que llevar bikini no está reñido con el carnet de identidad, la duquesa de Alba fue una de esas mujeres que utilizó la moda para expresar su alma inconformista sin importar lo que pensasen los demás.

Se codeó con los grandes modistos y personalidades del siglo XX, como Yves Saint Laurent, Audrey Hepburn o Jackie Kennedy, compraba igualmente en boutiques de alta costura como en mercadillos ibicencos y la pasión por el diseño andaluz era una parte más de su profundo amor por Sevilla. La forma de vestir de Cayetana de Alba era también un reflejo de su filosofía de vida, una muestra más del carácter rebelde de una aristócrata apartada de los convencionalismos que hizo con su armario lo mismo que con su vida, lo que le dio la gana.

La revista Vanity Fair la colocó en el puesto 27 del ranking de las personas más elegantes del mundo, su estilo podría definirse con sólo dos adjetivos: colorista y atrevido, con un toque siempre goyesco y andaluz.

Vistió cuadros de vichy con pantalones Capri en los sesenta, estampados florales y una amalgama de collares ibicencos en la década más hippie y se colocó hombreras en los años 80, Cayetana supo llevar con rebeldía y personalidad las tendencias a su terreno en cada etapa de su vida, saltándose con elegancia y sofisticación el dress code más correcto.

Diez años antes de que el vestido de novia de la famosa actriz de Hollywood que se convirtió en princesa de Mónaco pasara a la historia, Cayetana de Alba ya lució un diseño con la misma silueta, inspirada en el revolucionario modelo New Look de Dior, en sus primeras nupcias con Luis Martínez de Irujo. Un vestido ceñido a la cintura firmado por Flora Villareal, la modista de la aristocracia, que poco tenía que ver con las novias de aquella época. Confeccionado con seda natural, gasa y encaje, lo acompañó con una corona de brillantes y perlas, la misma que luciría su hija Eugenia en su boda con Fran Rivera.

Mecenas del diseño andaluz

En la pasada edición del Salón Internacional de la Moda Flamenca, Raquel Revuelta le otorgó el premio "Flamenco en la piel" para reconocer la profunda admiración que sentía Cayetana de Alba por el diseño andaluz y en concreto, por el traje de flamenca.

Sus íntimos amigos, los diseñadores Victorio&Lucchino fueron los encargados de diseñar el traje que lució en su boda con Alfonso Díez. Los modistos sevillanos supieron recoger el carácter de la duquesa en un diseño de aire barroco, pero otros creadores andaluces como Curro Durán o Sofía Rivera le rindieron homenaje a doña Cayetana diseñando los bocetos de su traje de novia ideal con motivo de su tercera boda.

En la Feria vistió de amazona a caballo, de flamenca con traje de Lina y de mantilla para asistir a los toros, fue una sevillana de a pie y como tal supo amar la esencia de su moda.

La edad nunca fue un obstáculo y a sus 88 años seguía poniéndose lo que quería. Ella misma afirmó que se inspiraba en Ibiza para conseguir ese estilo hippie y rebelde con la que se le veía en las playas cristalinas de la Isla Pitiusa. Famosos se hicieron sus caftanes, sus leggins estampados, su tobillo lleno de pulseras y sus estilismos coloristas confeccionados con prendas que ella misma compraba en mercadillos.

Juvenil e inconformista hasta el final, expresar su carácter a través de su armario le valió incluso para ser reconocida como icono Pop-Art.

Marina Rubalcaba

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