Gastronomía

La taberna cofrade donde hacen los molletes de pringá más ricos de Córdoba

Molletes de pringá de Taberna La Sacristía

Molletes de pringá de Taberna La Sacristía / @Juusogastro

El barrio más torero de Córdoba, el de Santa Marina, era testigo hace casi un año de la vuelta a la vida de Taberna La Sacristía (Alarcón López, 3). Miguel Ángel Araujo y Manuel Merlo son los nuevos responsables de la taberna y quienes han recuperado el espíritu original del local, que fue fundado en 1988 por Paco López Lozano. Han mantenido muchos de los elementos estructurales y decorativos que conforman su imagen habitual.

Sus clientes van en busca de un tapeo informal pero que no desmerece. Uno de sus best seller es el montadito de pringá. Uno de los últimos en sucumbir a sus encantos es el foodie José Alberto Pañero, más conocido en redes como Juusogastro, que le dedica un vídeo que directamente pone al espectador a salivar. 

El creador de contenido analiza pormenorizadamente las bondades de este bocado: "Probablemente estemos ante uno de los mejores montaditos de pringá de Córdoba. Lo avalan su tamaño y buena ejecución. El pan, que llega a la mesa calentito y crujiente, abraza a una suculenta y jugosa pringá que invita a devorarlo en un par de bocados. No peca de exceso de comino, por lo que prima en este caso el magro de cerdo, el chorizo y algo de tocino. La morcilla está presente, pero sin ser muy invasiva". 

¿Y lo mejor de todo? Su precio: 3,20 euros. 

Pero sus atractivos no acaban aquí: "Además de su tranquila terraza invita a pasar un distendido rato con amigos y familia acompañado de unos buenos vinos de la tierra o unas cervezas". Pañero ahonda en opciones que recomendar a sus seguidores: "Si los visitas no le pierdas la pista tampoco a sus chicharrones, cortados finos y acompañados con limón (igual que se sirven en Cádiz) Su ración es abundante y está bien de precio. Las patatas aliñas también merecen la visita y son perfectas para abrir boca". Aunque si lo que nos apetece es algo caliente, siempre se pueden probar carrillada, manitas, riñones o callos. Y cualquier hora es buena para degustar sus boquerones, ensaladilla o tortilla con una cerveza bien tirada o vino de la tierra. Y para rematar, alguno de sus postres caseros.

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