El trabajo como cirujano de su padre en el Hospital de la Caridad de Nuestro Señor Jesucristo-actuales Museo Julio Romero de Torres y Museo de Bellas Artes- llevó a Miguel de Cervantes a vivir buena parte de su niñez en Córdoba.

Tras su marcha, serían muchas las ocasiones en que el ilustre escritor volvería a visitar nuestra ciudad. Y tan hondo caló en él y su ingenio para las letras que la actual Plaza del Potro aparece en su novela más insigne, Don Quijote de La Mancha. 

Un azulejo instalado en la fachada del Museo de Bellas Artes en 1917 asegura: "El Príncipe de los Ingenios de España Miguel de Cervantes Saavedra, de abolengo cordobés, mencionó este lugar y barrio en la mejor novela del mundo. Varios cordobeses con amor de paisanos y con veneración de españoles dedican este humilde recuerdo al insuperable escritor". 

La fuente que preside la plaza se levantó durante el reinado de Felipe II. Por orden del Corregidor Garcí Suárez de Carvajal, se construyó con el objetivo de mejorar el abastecimiento de agua de la zona.

Al principio estuvo ubicada donde hoy se encuentra el monumento a San Rafael al final de la calle en dirección al río. Pero la trasladaron al otro extremo de la plaza hacia 1847.

La Posada del Potro–Centro Flamenco Fosforito es el único centro de Andalucía dedicado al Flamenco de estas características

Disparidad de opiniones

En cuanto al origen del nombre de la Plaza del Potro hay un par de teorías. Situada en el barrio de la Ajerquía, hay quien apunta a que debe su nombre a la fuente renacentista que la preside, cuya figura protagonista es un potro. 

Aunque tampoco es descabellado pensar que su nomenclatura se deba a que en la plaza  -tradicionalmente lugar de compra-venta de ganado y de actividades artesanales- hubo un mesón "donde se vendían potros y mulas", en palabras del historiador Ramírez de las Casas Deza. 

Además, en uno de los laterales está ubicada la famosa Posada que comparte apellido con la fuente. 

Este edificio responde a las características propias de vivienda popular de los siglos XIV y XV. Coloquialmente se las conoce como corrales. Las estancias se distribuyen en torno a un patio común, donde suele el pozo ocupar la zona central.

Se trata de uno de los lugares cordobeses preferidos por Cervantes y de hecho sale como escenario en alguna de sus obras. 

Actualmente es la Posada del Potro-Centro Flamenco Fosforito, un lugar dedicado  la interpretación, producción, investigación y difusión del flamenco.