Arte

El monumento que alberga la 'Capilla Sixtina' de Córdoba

Parroquia del Sagrario de la Mezquita-Catedral de Córdoba

Parroquia del Sagrario de la Mezquita-Catedral de Córdoba / Mezquita-Catedral de Córdoba

Como si de un caleidoscopio se tratara la Mezquita-Catedral de Córdoba es un tesoro artístico que alberga numerosas joyas en su interior. Una de ellas es la actual Parroquia del Sagrario, la decoración de cuya bóveda recuerda vivamente a la de la Capilla Sixtina, la inmortal obra de Miguel Ángel en los Museos Vaticanos.

Este espacio, donde a día de hoy se celebra la liturgia católica, tuvo en tiempos pretéritos otras funciones como las de ser capilla de Santiago o Librería Capitular. El conjunto es el resultado del buen hacer de los arquitectos Hernán Ruiz I y III, y es Sagrario de la Catedral desde el último cuarto del siglo XVI.

El visitante se encuentra con una capilla de planta rectangular, dividida en tres naves y rematada por una bóveda de crucería. Así pues, llama poderosamente la atención el programa de pinturas murales, un encargo del obispo Antonio de Pazos y Figueroa, y que decoran la totalidad del espacio.

El conjunto pictórico, comenzó a ejecutarse allá por 1583, de la mano del pintor piamontés Cesare Arbasia, cuyo trazo conecta irremediablemente esta obra con las tendencias pictóricas italianas del momento. Incluso con genios como su compatriota, que a buen seguro inspiró su obra, Leonardo Da Vinci. 

Recientemente el periodista Javier Sierra acometía esta cuestión en la sección El alma de las ciudades, del programa de televisión Cuarto Milenio: "El ángulo suroeste, donde está El Sagrario, es un lugar adaptado en el Renacimiento con una serie de frescos, de pintura mural, que son los más importantes de Andalucía. Justo ahí hay una pintura de Cesare Arbasia, que es una Última Cena y es bastante misteriosa porque contiene un elemento que sólo lo hemos visto en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León. Se trata de ese copero que acerca el Santo Grial a Jesús. Por alguna anomalía artística este descendiente intelectual de Leonardo Da Vinci lo incluye. Hay muchas coincidencias y conexiones entre este mural y La Última Cena de Leonardo Da Vinci". 

Con la mirada en el cielo

En la composición destaca la presencia de los santos mártires cordobeses, que están ordenados en grupos de a tres y están identificados con cartelas en las que se puede leer datos alusivos a sus vidas y martirios, según el testimonio recogido por Ambrosio de Morales.

Paralelamente, se distribuye todo un repertorio ángeles y motivos paisajísticos y grutescos e incluso símbolos de la Pasión. Y como no podía ser de otra forma, la atención del visitante se fija rápidamente en la  la composición de la Santa Cena, situada en el presbiterio, y que recuerda en buena medida a la de Leonardo Da Vinci. 

Además del magnífico trabajo de Arbasia, dejaron su impronta en el lugar artistas tan sin cuya obra el resultado no hubiera sido el mismo. Es el caso de Guillermo de Orta, el ensamblador que recibió el encargo de tallar el tabernáculo y las puertas del Sagrario. Mientras que sería Alonso de Ribera quien se encargaría de acometer su policromía. Por último, es justo destacar la ejecución de la reja en manos de Hernando de Valencia. 

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