Los mejores vinos de Montilla-Moriles para maridar con marisco esta Navidad
Toma nota de las referencias de la tierra que te convertirán en todo un experto a ojos de tus comensales
La bodega que se construyó en una central eléctrica de Aguilar de la Frontera
Los vinos de Montilla-Moriles son un tesoro enológico que no conoce fronteras y esta Navidad pueden convertirse en los mejores aliados para maridar y potenciar el sabor del marisco. Así que toma nota de nuestra selección y conviértete en un auténtico sumiller a ojos de tus invitados.
Si hay un tipo de vino que va especialmente bien en estas lides es el fino, tradicionalmente seco pero con un punto de frescura, acidez y notas salina. Es, precisamente, su elaboración bajo un proceso de crianza biológica en barrica con sus correspondiente velo de flor lo que le aporta complejidad y una delicada frescura.El Fino Capataz Solera de Bodegas Alvear es un excelente representante de este estilo. Ideal para acompañar ostras, sopas de pescado, platos de cocina andaluza o verduras en tempura. Sorprende acompañando toda una comida de principio a fin. Perfecto para maridajes complicados (espárragos, alcachofa, sopa de ajoblanco, huevos y escabeches).
Otra gran opción es el Fino Cebolla de Bodegas El Monte. Nos aporta carácter salino y elegante que tienen solo los buenos vinos y hacen que este fino esté en la cima de la calidad de los vinos de Montilla – Moriles.
Merece también la pena probar el Fino Amanecer de Bodegas La Aurora. Se obtiene mediante el envejecido de mosto de la variedad Pedro Ximénez 100% en botas de roble americano bajo el velo de flor, por el tradicional sistema de soleras y criaderas.
Si prefieres un vino con mayor complejidad y cuerpo, el Amontillado es una excelente opción. Este vino generoso comienza su crianza bajo el velo de flor, como el Fino, pero luego se expone al aire, lo que le otorga un perfil más robusto, con notas de frutos secos, madera y un toque ligeramente oxidado.
Desde los Moriles altos llega un pack idóneo para saborear con unas buenas cigalas, gambas, langostinos, carabineros a la brasa o un buen risotto a base de pescados de roca : el fino y el amontillado de Lagar de los Frailes. Sus propios creadores destacan que "en el fino destaca su potencial aromático. En su fase olfativa aparece una sensación madera que deja paso a cítricos (corteza de limón) que proceden de su crianza estática. En boca es untuoso, con rápida aparición de la frescura salina, con un toque almendrado en retronasal", mientras que "El amontillado es untuoso, elegante, sedoso y punzante. Notas a frutos secos, vainilla y con toques salinos".
Radicalmente diferente es el Amontillado Soul de Bodega Rockera Cabriñana, una joyita ubicada en Cerro Macho. De color ámbar y sabor seco, llena el paladar. Ideal para tomar con alimentos a la brasa, o para elaborar salsas. Definitivamente, un vino con alma.
El Vino Joven Cuestablanca de Lagar Blanco es el resultado de la fermentación alcohólica de la variedad Pedro Ximénez recogida en su punto óptimo de maduración. Muestra en su máximo potencial la expresión de la variedad. Y resulta muy aconsejable para acompañar entrantes ligeros, mariscos, pescado, carne blanca y arroces.
Aunque si lo tuyo son las burbujas, no renuncies al placer de probar G1 Brut Nature de Pérez Barquero, un espumoso de edición limitada y que va de cine no sólo con mariscos, sino también con pescados, dulces y aperitivos. Elaborado con vino base de uva Pedro Ximénez, procedente de los mejores pagos de Alabarizas, y licor de expedición de vinos generosos viejos.
Tampoco podía faltar en nuestra selección Robles Brut Nature 18 meses, de Bodegas Robles. Ha sido elaborado por el método tradicional champagnoise a partir de la vendimia y selección manual de la uva ecológica Pedro Ximénez. Combina bien con quesos cremosos de sabor suave, marisco cocido o crudo (vieiras, ostras, navajas, almejas), pescados cocinados de la forma más natural posible sin utilizar salsas pesadas. El sushi es perfecto ya que precisa la acidez del Brut Nature, al igual que los postres en los que entren en juego frutas frescas. La temperatura ideal para servirlo es entre 8º y 10º C .
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