La colección arqueológica de los Romero de Torres, al descubierto

Arte

El público podrá verla sólo el 30 de mayo en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, durante una visita guiada con Fuensanta García de la Torre, quien fuera directora del espacio

La entrada es libre hasta completar aforo

El palacio de Córdoba que alberga dos de los cuadros más misteriosos de Julio Romero de Torres

Escultura de la colección arqueológica de los Romero de Torres / Museo De Bellas Artes De Córdoba
El Día

28 de mayo 2024 - 06:00

El próximo 30 de mayo a partir de las 19:00 en el Museo de Bellas Artes de Córdoba unos cuantos privilegiados tendrán la oportunidad de conocer la colección arqueológica de los Romero de Torres. La entrada es libre hasta completar aforo. Se trata de una visita temática que conducirá una de sus principales conocedoras, Fuensanta García de la Torre, que fuera directora del Museo de Bellas Artes de Córdoba entre 1981 y 2013.

La colección arqueológica de la familia Romero de Torres se compone de unas 600 piezas que abarcan desde el Calcolítico hasta época medieval, que incluyen esculturas iberas y romanas, piezas visigodas y andalusíes, inscripciones funerarias, brocales de pozos, capiteles, fustes y basas de columnas, vigas de techumbre, lucernas y ajuares domésticos. Se deben al espíritu coleccionista de los Romero de Torres que, a lo largo de varias generaciones lograron reunir, estudiar y conservar estas piezas arqueológicas reveladoras del rico patrimonio histórico de Córdoba.

La colección se inició con Rafael Romero Barros, que sentó las bases de los museos de la ciudad, el de Bellas Artes y el Arqueológico, cuya labor fue continuada por su hijo Enrique Romero de Torres, que desde su destacada posición al frente de importantes organismos públicos, recibió numerosas donaciones de piezas que engrosaron la colección familiar. En 1988, la Junta de Andalucía adquirió este fondo arqueológico a la última heredera de la familia y en 1991 pasó a ser de titularidad pública, formando parte del rico patrimonio cultural de nuestra ciudad.

Dado que una parte de las piezas se mostraban en el patio de la casa familiar, éste llegó a convertirse en su época de esplendor en un jardín arqueológico que, aún hoy día alberga algunas de estas piezas, encontrándose la mayor parte de ellas en un almacén arqueológico musealizado que, en algunas ocasiones se muestra al público.

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