Adictos a unas buenas patatas bravas, ¡aquí hacen las 10 mejores de Córdoba!

Gastronomía

La Cuchara de San Lorenzo, Matraca Bistró, Nískalo, Misa de Doce o Taberna Regina son algunos de los diez establecimientos que hemos seleccionado porque nunca decepcionan

Adictos a unas buenas patatas bravas, ¡aquí hacen las mejores de Córdoba!
Las bravas de La Cuchara de San Lorenzo son uno de los best seller del restaurante de los hermanos López / Redes La Cuchara De San Lorenzo

Partiendo de la base de que es difícil encontrar en Córdoba unas patatas bravas cuya receta responda a la original. Hemos seleccionado diez lugares que las elaboran con calidad, mucha personalidad y un resultado final realmente delicioso.

Una de las mejores son las que sirven en La Cuchara de San Lorenzo. Patatas baby con piel y con un volcán en el centro relleno de salsa brava realmente adictiva. El chef Paco López las acompaña con unos dientes de ajo fritos para quienes quieran un punto más de intensidad.

Un formato muy similar pero más verticales son las tinajitas bravas de La Tinaja. Tomarse una ración de éstas en su terraza con vistas al Guadalquivir y con una copita de vino es toda una experiencia.

Delicadas y deliciosas son las bravas muy bravas de Bodegas Trasmallo: generosas en el tamaño de la patata y en la cantidad de salsa. Perfectas para los disfrutones muy disfrutones.

Al mismo nivel están las bravas de Misa de doce, una de las propuestas más convincentes y de las últimas en llegar a Córdoba. Son de las que más se parecen a las bravas que hacen en Madrid y en las dos Castillas: patata confitada, golpe de freidora final crujiente y dos salsas (una de ellas de tomate y otra con ají) cuyo resultado final es bastante sutil.

Las bravas de El Boquerón resultan cremosas y aterciopeladas
Las bravas de El Boquerón resultan cremosas y aterciopeladas / Redes El Boquerón

Lo mismo ocurre con las bravas de El Boquerón, cuya salsa es agradable y para nada demasiado agresiva. A diferencia de otros establecimientos, las sirven en gajos grandes, dispuestas alrededor del plato y perfectas para dipear.

Igualmente moderadas en el pique aunque realmente deliciosas son las de Taberna Nº10. Sin duda, siempre es un buen plan degustar un plato de bravas en plena Judería cordobesa y dejarse aconsejar por el personal de sala para acompañarlas con algunos de sus vinos de Montilla-Moriles.

Las de Misa de Doce son de las que más se parecen a las bravas que hacen en Madrid y en las dos Castillas
Las de Misa de Doce son de las que más se parecen a las bravas que hacen en Madrid y en las dos Castillas / El Día

Bravas muy bravas

Para comensales con mucho power son las que preparan en Matraca Bistró. El chef Periko Ortega y su equipo son famosos en el barrio de Noreña por servirlas en un carrito de la compra y porque si el cliente quieres 'más Matraca' le facilitan más salsa en una pistola de juguete para regarlas a su gusto.

Arriesgadas y muy acertadas son las que elabora José María del Pino en Nískalo, un lujazo para los cinco sentidos a los pies de Sierra Morena. La excursión a la zona de Las Jaras bien merece la pena con tal de probar esta combinación de picantes única en Córdoba.

Antonio Jiménez, chef de Taberna La Montillana, ha estrenado nueva versión de las bravas en su recién estrenada carta
Antonio Jiménez, chef de Taberna La Montillana, ha estrenado nueva versión de las bravas en su recién estrenada carta / El Día

Igualmente, resultan potentes pero deliciosas y envolventes las que prepara Antonio Jiménez en Taberna La Montillana. El secreto está en su nueva salsa, muy parecida a la versión más ortodoxa del popular plato, que envuelven a unos cubos de patatas en el punto exacto para convertirse en auténtica mantequilla en el paladar.

Imprescindible combinar las bravas con alguna de las referencias de la nueva carta de vinos, 'Córdoba en tu copa', que acaban de presentar y que contiene casi 70 distintos de la provincia de Córdoba y del resto de Andalucía.

Los amantes del picante y la tradición prueban y repiten en Taberna Regina. En ración o en formato tapa, sus patatas cortadas en trozos grandes y con el punto justo de sal, llegan a la mesa turgentes y con un velo de mahonesa y salsa brava (muy brava) por el encima, que da gloria.

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