Ni belenes ni zambombas: el pueblo de Córdoba que resucita cada año al rey mas temido por los niños

La tradiciones de los colonos europeos que habitaron la provincia de Córdoba aún están vivas en pueblos como Fuente Carreteros. Concretamente la Danza de los Locos y el Baile del Oso se representa cada 28 de diciembre en la Plaza Real del municipio.

Se trata de una de las tradiciones más ancestrales y singulares de la provincia de Córdoba, una joya etnológica y cultural que proviene de los centroeuropeos que llegaron a finales del siglo XVIII. Se celebra el 28 de diciembre porque representa la matanza de Herodes.

Los danzantes llevan un pañuelo en la cabeza, que se anuda a la izquierda. También lucen otro blanco en el cuello, que se sujeta en dos anillos. El outfit lo completan: camisa blanca, cruzada por dos bandas rojas y adornadas con joyas, fajín azul, dos faldas de encajes bajo las que asoman unos pantalones que van anudados bajo las rodillas. No faltan, tampoco, leotardos blancos y zapatillas blancas que se anudan con cintas alrededor de las piernas.

Una tradición de ida y vuelta

Si bien se trata de una tradición consolidada, llegó a desaparecer y regresó en 1963 para participar en la final de bailes ancestrales. Fue suprimida, de nuevo, y se recuperó en 1982 la danza, y diez años más tarde el Baile del Oso.

No obstante, su valor etnológico va más allá. Estamos hablando de la única tradición colona que se mantiene viva en las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Ciudad Real.

En cuanto a sus orígenes, aunque confusos, parece ser que la Danza de los Locos y el Baile del Oso se remontan a los tiempos de Carlos III. Habrían sido los colonos que poblaron esta tierras quienes trajeron este ritual como una tradición de sus pueblos de origen, en Centro Europa. A esa etapa corresponde la fundación de pueblos como La Carlota, San Sebastián de los Ballesteros, Fuente Palmera, La Luisiana (Sevilla) o La Carolina (Jaén).