La festividad de Todos los Santos en Córdoba tiene una fuerte raigambre gastronómica asociada a elaboraciones como pestiños, torrijas, huesos de santo, gachas y buñuelos. Por eso, cada otoño con ocasión de tan marcada festividad los expositores de las tiendas de alimentación, pastelerías y cafeterías lucen rebosantes de estos bocados dulces.
Pastelerías Roldán no falla ningún año y su obrador funciona a pleno rendimientos para endulzar la festividad a los cordobeses con todas estas creaciones.
En Obrador David Ruano se afanan por sorprender con los originales sabores de sus huesos de santo y la textura delicada y ágil de sus pestiños y torrijas.
Pastelería San Rafael se suma en sus dos sedes a la celebración con buñuelos de viento, roscos, pestiños y torrijas bañadas en miel o emborrizadas en azúcar.
Otro de los clásicos de la ciudad es el Horno de la Cruz. Sus clientes aguardan pacientemente a ser atendidos para llevarse a casa sus torrijas, pestiños, gachas o huesos de santo, en su versión más ortodoxa.
Los restaurantes se suman a esta deliciosa tradición, si bien muchos de ellos mantienen casi todo el año en carta algunas de estas creaciones. Una de las torrijas más celebradas de Córdoba es la de El Envero: Torrija caramelizada, helado de crème brulée, crema ligera de cáscara de naranja, canela y anís estrellado.
Justa competencia le plantan la de Taberna La Montillana, acompañada de sopa fría de chocolate blanco y helado de caramelo salado; y la de Gin Bulevar: torrija caramelizada, helado y sopa de choco blanco.
Los fans de los pestiños pueden degustarlos todo el año como postre en Taberna Chico Medina, que casan a a la perfección con una copita de PX dulce o un buen café expresso.
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