Gastronomía

La Plaza de Abades de Córdoba, entre las calles de tapeo más famosas de España

  • La popular localización comparte ranking con lugares tan emblemáticos como la calle Ponzano en Madrid o la calle Diputación en Bilbao

El Bar El Barón es uno de los referentes de tapeo y buen vermut en la Plaza de Abades

El Bar El Barón es uno de los referentes de tapeo y buen vermut en la Plaza de Abades / Redes Bar El Barón

No es ninguna novedad que en Córdoba sobran opciones para comer bien a base de tapas, con la posibilidad, además, de deleitarse con alguno de los numerosos, variados y excelentes vinos que da la provincia. 

Por eso no es de extrañar que la edición digital de Traveller la haya incluido recientemente en su ranking de Las calles de tapeo más famosas de España. 

"A Córdoba le pasa como al resto de ciudades andaluzas: son el reino del tapeo (lo inventaron ellos) y elegir cuesta. Podríamos marcarnos una ruta de plaza en plaza, desde la de las Tendillas, continuando por la de la Corredera, siguiendo hacia la de las Cañas, hasta llegar a la de Abades, un lugar encantador en la Judería (ese barrio lleno de recovecos en donde nos queremos quedar todo el día), con terrazas muy animadas, como la de El Barón", apunta el reportaje. 

Así pues, la pintoresca plaza se bate el cobre con localizaciones tan icónicas para la gastronomía nacional como la calle Ponzano de Madrid, la calle Diputación en Bilbao o la Plaza de San Martín de León. La vanguardia y lo cañí mezclado a partes iguales, con un resultado infalible a ojos del lugareño y el visitante. 

En efecto, la Plaza de Abades es referencia para el oriundo y el turista. Ya sea por alojamientos tan exclusivos y llenos de historia como La Ermita Suites, o bien por la deliciosa oferta gastronómica de bares como El Barón. El pequeño establecimiento de Carmen Moreno conquista no sólo por su agradable terraza, proclive a la tertulia entre amigos, sino por sus elaboraciones como sus míticos peroles. Igualmente, merece la pena probar su tabulé, el salpicón o la tortilla de patatas. Y si es con una copa de vino de su interesante selección o vaso fresquito de su vermut, la combinación es insuperable. 

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