Anoche la actriz Marina Salas protagonizó con gran éxito en el Teatro Góngora de Córdoba La Infamia. Tras recibir los aplausos del público asistente, puso rumbo a uno de los restaurantes más famosos del Casco Histórico de la capital: Bodegas Mezquita Céspedes (calle Céspedes, 12). 

La intérprete catalana se decantó por este tradicional establecimiento, que daba cuenta de su visita en sus redes sociales: "Anoche tuvimos el placer de atender en Bodegas Mezquita Céspedes a la actriz Marina Salas. En la foto junto a nuestros compañeros David, Carlos, Curro y Angy". 

Su carta es un completo recorrido por la cocina cordobesa más tradicional sin renunciar a toques de innovación. Su propuesta bebe de diferentes fuentes, especialmente de la andalusí, algo que se nota en el delicado uso de ingredientes como el azafrán, el ajo y, por supuesto, del mejor AOVE del Valle del Guadalquivir.

El flamenquín, el rabo de toro a la cordobesa y el vino de la tierra son tres de los buques insignia de Bodegas Mezquita

En su día a día no faltan especialidades tan nuestras como salmorejo cordobés, mazamorra, berenjenas califales rebozadas con reducción de vino dulce Pedro Ximénez y ajonjolí o un apetecible surtido de croquetas caseras (jamón, boletus y rabo de toro). El pasado gastronómico de la ciudad se deja saborear en las albóndigas mozárabes en salsa de almendras y azafrán o en el cordero sefardí a la miel con frutos secos y pasas con cuscús. 

Entre sus platos principales destaca el rabo de toro a la cordobesa y el lomo de bacalao confitado sobre pisto cordobés. Aunque merece la pena guardar apetito para la hora del postre, donde se hace complicado elegir entre elaboraciones como naranja a la antigua con aceite de oliva, azúcar y canela; pastel cordobés; o torrija con helado de leche merengada. 

Una escena de la obra 'La Infamia'

El México más sobrecogedor

La Infamia es un montaje basado en el libro autobiográfico de la periodista de investigación y activista mexicana Lydia Cacho Memorias de la infamia, donde se retrata el modus operandi de un gobierno cómplice de la corrupción y la violencia. La propia autora firma la adaptación al teatro de su obra junto con José Martret, responsable también de la dirección.

Lydia Cacho fue secuestrada y torturada en diciembre de 2005 por un grupo de policías que actuaron como sicarios pagados por el gobernador del estado de Puebla, aliado con un empresario.

El motivo de esta violencia que la llegó a poner al borde de la muerte fue haber escrito el libro Los demonios del Edén: el poder detrás de la pornografía, en el que revelaba una trama de abusos a menores y mujeres.