Japanish Tapas: el encanto de una izacaya en Lucena
Gastronomía
El establecimiento está ubicado junto al Paseo del Coso de la localidad y su carta es la fusión perfecta del tapeo andaluz y la comida callejera japonesa
En el centro de Lucena junto al Paseo del Coso (Plaza de España, 18) nació hace tres años esta mezcla de sabores, texturas y culturas, que sus creadores bautizaron como Japanish Tapas.
Su carta es el reflejo de fusión la perfecta del tapeo andaluz y la comida callejera japonesa. Aúna lo mejor de la taberna cordobesa y de las izakayas, que son bares de tapas japoneses donde pedir pequeños platos para compartir y maridarlo con buena cerveza japonesa o también sake.
Entre los platos más icónicos de la casa, destacan: gyozas de rabo de toro o Flamenquín roll de anguila ahumada; el tataki de magret de pato o la tarta de queso de Zuheros con mango en texturas.
Y los jueves sus comensales vienen atraídos por su famosa hamburguesa, que lleva 9 ingredientes más el filete de carne y que acompañan con palitos de boniato.
Después de la vuelta al mundo
Japanish Tapas está distribuido en tres ambientes diferentes: un cálido interior con mesas altas; una barra en la que ser testigo de su cocina abierta y en directo; y una agradable terraza exterior en el Paseo del Coso, presidida por su kiosco.
Sus creadores y chefs son Luis Contreras y Claudia Zamora, la simbiosis culinaria y cultural perfecta entre Lucena y Venezuela.
La carrera de Luis arranca en la Escuela de Hostelería de Lucena. En su periplo laboral pasará por las cocinas de grandes figuras de la gastronomía nacional como Paco Morales o Dabiz Muñoz.
Su inquietud lo lleva a trabajar con Grant Achazt en Chicago y en Lima (Perú) junto al prestigioso chef Virgilio Martinez.
Por su parte, Claudia estudió en el centro gastronómico CEGA, uno de los más prestigiosos escuelas de cocina en Venezuela. Posteriormente vuelve a Maracaibo, de donde es natural, y puso en marcha su propio negocio de catering, Chef en casa.
La siguiente parada de la pareja de cocineros sería Londres, donde permanecerían casi un lustro.
Una trayectoria personal y profesional que les llevaría a regresar a Lucena y poner en práctica todos los conocimientos y experiencia adquiridos en las mejores cocinas del mundo.
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