Gastronomía

Alma Ezequiel Montilla, elegido por la Guía Michelín como destino gastronómico

Cremoso de Idiazábal y pistacho es uno de los postres más celebrados de Alma Ezequiel Montilla

Cremoso de Idiazábal y pistacho es uno de los postres más celebrados de Alma Ezequiel Montilla / El Día

Los reconocimientos se le acumulan a Alma Ezequiel Montilla. Si recientemente el restaurante pontanés revalidaba su Bib Gourmand, la Guía Michelín lo acaba de incluir en una selección de establecimientos donde viajar con el paladar hasta la otra parte del mundo. 

O lo que es lo mismo: "Los alimentos, las preparaciones, las técnicas y los sabores dicen mucho de un territorio concreto, es por eso por lo que no hace falta moverse de un lugar para conocer (en cierta medida) otra parte del mundo", apunta la reputada Guía. 

"A través de la cocina, de elaboraciones y de alimentos, un comensal puede descubrir la historia de un país, de una ciudad o de una zona en concreto. Te proponemos algunos locales con los que viajar con el paladar sin moverte de la ciudad", adelanta. 

Un total de nueve restaurantes de toda España por los que merece la pena hacer turismo gastronómico o como dice Michelín: "Todos y cada uno de estos restaurantes son los ejemplos perfectos (y, también las excusas) por los que comer para viajar. Motivos suficientes para elegir un restaurante de la lista, salir de casa, sentarse en una mesa y dejarse llevar con el paladar hasta la otra punta del mundo". 

El pontanés es el único andaluz incluido en tan exigente selección. ¿Las razones? "La cocina internacional de Alma Ezequiel Montilla es una de las grandes sorpresas que se encuentran en Puente Genil (Córdoba). Ubicado en una casa señorial y decorado con aires árabes, este restaurante combina la experiencia que su chef ha adquirido en el extranjero para transformarla en un viaje para los comensales alrededor del mundo". 

E incluso la publicación apunta los platos que no debe perderse el cliente: "Aquí los sabores nacionales se mezclan especialmente con la gastronomía de Marruecos, de la que se puede probar la pastela de pollo, canela y almendra; el tajine de cordero y frutos secos o el de ternera, nueces y membrillo, y la mousse de limón marroquí con membrillo y frambuesa". 

En resumen, se trata de "un viaje por el país vecino que se entremezcla con los sabores españoles creando una cocina viajera que está más cerca de lo que parece".

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