Cervezas Alhambra lanza una edición limitada en colaboración con la alfarería rambleña Ivanros
Gastronomía
El resultado son tres cuencos genuinos y con alma propia que pueden conseguirse con la compra de doce botellas

Fiel a su manera de hacer sin prisa, Cervezas Alhambra ha trabajado de la mano de una de las fábricas artesanales y artísticas más prestigiosas de nuestro país para crear tres cuencos exclusivos que ponen en valor los oficios artesanales y hechos a mano.
Ellos son los alfareros Ivanros, un pequeño taller cordobés que elabora las mejores piezas de artesanía, cerámica y alfarería. Con ellos, Cervezas Alhambra comparte el respeto por el trabajo manual, las materias primas, la inspiración y la pasión por el tiempo. Ese sexto sentido que permite apreciar cada detalle y asegurar un proceso único y singular.
Y es que, para hacer algo que realmente merezca la pena, hay que hacerlo sin prisa, una forma de crear que Cervezas Alhambra comparte con los artesanos desde hace más de cien años. Por eso esta edición limitada es la materialización de la apuesta de la marca por todo tipo de iniciativas que buscan cuidar de la artesanía y la creación contemporánea. El resultado son tres cuencos genuinos y con alma propia que han sido elaborados siguiendo un proceso de elaboración totalmente artesanal y genuino.

La edición limitada Ivanros puede conseguirse con la compra de doce botellas de Cervezas Alhambra y hasta fin de existencias en canal alimentación.
La forma de trabajar artesanal y creativa de esta empresa de La Rambla conquistó el año pasado a la casa francesa de alta costura Christian Dior. Ivanros se encargo de crear la vajilla en la que comieron los invitados al desfile que la maison organizó en la Plaza de España de Sevilla.
Un evento para el que se mantuvo durante meses un estricto hermetismo y al que solo 900 privilegiados pudieron acceder.
Tras varias décadas de tradición familiar en La Rambla, Ivanros ha logrado aunar tradición e innovación para producir piezas únicas. Dior había seguido los avances de esta empresa rambleña, que nació en 2010 y no dio el salto al mundo digital hasta 2020. De ahí que cuando contactaron con Iván Figueroa y Rosario Cabello, propietarios de la empresa, para dar forma a la idea de la marca francesa, supuso un enorme orgullo y regalo, absolutamente inesperado.
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