Díganme un político de hoy que esté a la altura de los de 'Anatomía de un instante'
La miniserie de Alberto Rodríguez en Movistar Plus+ con Álvaro Morte como Adolfo Suárez es un ejercicio de Historia para meditar sobre nuestro presente
'Anatomía de un instante': Alberto Rodríguez y Rafael Cobos reviven el 23-F
La novela Anatomía de un instante
Anatomía de un instante, la miniserie de Alberto Rodríguez en Movistar Plus +, no va exactamente del 23-F (del 81) sino de la dignidad de la política y de quienes hacen a través de ella un futuro mejor. El presente escuálido y semilíquido, de enconada partitocracia en Madrid o Sevilla. Este presente con la clase media ametrallada no es digno heredero de esos esfuerzos por desmantelar la opresión militar y ultramontana de los años 70 para hacer de España un país próspero, abierto, esperanzador y aceptado en el mundo. El 23-F es el punto de partida para contarnos en esa serie sobre el libro de Javier Cercas de lo que costó, en esfuerzo y también en vidas, completar una Transición que nadie esperaba culminar. Una Transición que con el simplismo populista ha llegado a ser vilipendiada, por un extremo y por el otro.
El ímpetu de Adolfo Suárez, entre la ambición y una osadía hasta rayar el suicidio, y la lealtad del teniente general Gutiérrez Mellado, articulan el relato de la detonación de la dictadura desde dentro y la creación de un nuevo sistema. El tercer vértice es el líder de la oposición clandestina, Santiago Carrillo, secretario general del PCE desde las tinieblas de la guerra, personificación del reencuentro y el sacrificio del exilio (exterior e interior) y la represión. En la serie dichos personajes los interpretan dos algecireños, Álvaro Morte (para él, ya, todos los premios) y Manolo Solo junto al barcelonés más camaleónico, Eduard Fernández. Dirigidos por un sevillano certero en plasmar las historias de Cuéntame en verosímiles retratos que alcanzan con didáctica el documental.
Porque, efectivamente, Anatomía de un instante, se recorre como documental, en secuencias breves, flashes de la Historia, cámaras al hombro que husmean por estancias privadas... Es una miniserie de cuatro capítulos con monografía de cada protagonista, su punto de vista. Una serie de hombres donde aparecen las mujeres, las esposas, las familias, como esos apoyos invisibles para estos náufragos de las decisiones en la cima. Hay un cuarto personaje masculino, el rey don Juan Carlos, Miki Esparbé, que esquiva la caricatura en un personaje complicado de trazar.
Y tenemos un quinto, un teniente coronel. David Lorente interpreta a Tejero, el brazo ejecutor de esa cúpula del ejército, aún franquista, que se ve había visto sorprendida con la dimisión de Suárez. Se quedaban así sin argumentos para un presidente que el monarca había pedido desmarcar. En el juicio, en el cuarto episodio, la traición, desde el otro lado, bascula en su propia fragilidad entre el deber y la obediencia debida.
¿Ventajistas o consecuentes?
Anatomía de un instante, decíamos, habla de la dignidad cuando hay que asumir la determinación de los cambios inevitables. La dignidad del dirigente cuando no piensa en sí mismo, lo cual ahora es difícil de detectar. Díganme alguno, por favor. Por eso, medio siglo atrás, cuando las cosas empiezan a tener ya 50 años o más, Suárez, Mellado y Carrillo son políticos que dieron dignidad a sus papeles en la Historia.
Para sus coetáneos los políticos que lideraron la Transición sí eran vulgares traidores, ventajistas, tramposos (tahúres, como definió Guerra a Suárez). Con las gafas de lejos, ante la perversa presbicia del cortoplacismo, se antojan venerables, audaces y consecuentes. Para muchos de sus contemporáneos eran despreciables, osados e inconscientes. La muerte les restableció la dignidad que se merecían. El precio de estar vivos, como le sucede a Felipe González y a Alfonso Guerra, es ser tildados de rancios y antiguos. Qué decir, cuando aparece en la serie, del Toisón de Oro para Suárez.
Un buen ejercicio para la izquierda y la derecha de España, aprovechando el 20-N y de todo lo que irá cumpliendo 50 años a partir de ahora, es meditar sobre la reconciliación, la visión de futuro, la responsabilidad. Todo aquello que existía entre quienes querían dirigir, de verdad, de corazón, España en 1976. En unos minutos la miniserie relata mucho mejor el harakiri de las Cortes para llevar adelante la Reforma que el farragoso documental Voladura 76 que estrenó La 1 este sábado.
Anatomía de un instante, que ya está en Movistar Plus + al completo, es un buen manual para comprender todo lo que costó llegar hasta aquí. Y todo lo que cuesta construir con responsabilidad, que ahora se echa tanto en falta.
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