El Patio del Vesubio es poesía pura, es un canto a Grecia y al mundo árabe que atesora en su interior un volcán cultural entre un mar de más de 400 macetas. Virginia Molina y Pedro Urbano compraron esta casa de época barroca en el 2003 y comenzaron a rehabilitarla en el 2004.

Al patio, que pertenece a una casa que, aunque reformada, data de hace más de cuatro siglos y en la que llegaron a convivir cinco familias, se accede por un gran zaguán con paredes de ladrillo antiguo y piedra, en el que hay un brocal de pozo árabe y una columna romana con arcos de ladrillo antiguo. Este escenario único en el que el mundo se vuelve azul posee además una fuente de piedra y un banco también de piedra. Destacan en él los colores tierra de sus arcos, el blanco de sus escaleras y paredes, y el azul añil de sus macetas.

Una de sus singularidades es precisamente esa escalera en la que aparece escrito en árabe un precioso poema de Selene, la hija de Virginia, un poema que en castellano reza: “bajo mis pies entre mis manos desgarro el mundo”. En el patio se pueden encontrar cactus colgantes, las plumas de Santa Teresa, convertida en emblema de la casa, y curiosas plantas de verde: esparragueras, cintas, helechos especiales… de color clásicas como gitanillas, margaritas… flores para darle un aire a campo, silvestre.