La asignatura común del servicio de depuración de aguas residuales

Cuatro décadas de ayuntamientos democráticos

Al inicio de la democracia solo se depuraba en Andalucía el 11% de las aguas residuales; en 1991, apenas el 11% de la población cordobesa –sólo la capital– depuraba sus aguas; y hoy el 88% de la población cordobesa cuenta con infraestructuras de depuración; no obstante, faltan aún 30 estaciones que construir

Inauguración de la depuradora de Dos Torres.
Inauguración de la depuradora de Dos Torres. / El Día

Al inicio de la democracia, hace 40 años, solo se depuraba en Andalucía el 11% de las aguas residuales de la población y el 89% no recibía ningún tipo de tratamiento. En 1991 apenas el 39% de la población cordobesa depuraba sus aguas residuales (sólo la capital cordobesa), pero hoy más del 88% de la población cuenta con infraestructuras de depuración; o lo que es lo mismo, cumple con la normativa europea que obliga al tratamiento de estas aguas. No obstante, aún quedan cosas por hacer.

Hay algunas municipios y otros núcleos rurales dispersos que no cuentan con depuradoras. Según datos de Emproacsa, al cierre del ejercicio 2018 había una treintena de estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) pendientes de licitación en Córdoba. Concretamente, 62 de los 77 municipios cordobeses –y dos entidades locales autónomas– están adscritos al servicio de depuración de la empresa provincial.

En 2018, el Servicio de Depuración de Aguas Residuales gestionó el funcionamiento de 37 EDAR –29 municipales, cinco de polígonos industriales y tres de pedanías– en las que se trató el agua residual de una población de 156.373 habitantes –o lo que es lo mismo, el agua del 34% de la población cordobesa, excluida la de la capital–.

La depuración de aguas residuales en la provincia de Córdoba es una prioridad desde hace muchos años, participando en ella las tres administraciones públicas implicadas: la Administración Local con la competencia exclusiva en materia de saneamiento y depuración de aguas residuales urbanas, actuando por sí y a través de la Diputación, además de hacerse cargo del funcionamiento y mantenimiento de las infraestructuras construidas; el Gobierno central, actuando en las obras declaradas de interés general del Estado; y la Junta de Andalucía, que ha auxiliado financiera y técnicamente a construir sus infraestructuras de saneamiento y depuración.

Se ha avanzado mucho desde 1991, cuando la Unión Europea marcó las obligaciones de atender el tratamiento de aguas residuales urbanas. Si consideramos la historia de la depuración de aguas residuales en la provincia se observa que el primer municipio en contar con sistema de aguas residuales fue Peñarroya-Pueblonuevo, en el año 1977, porque las aguas residuales vertían al embalse de Sierra Boyera, zona sensible por su utilización para el abastecimiento de agua potable. Años después, Hinojosa del Duque y El Vacar –en 1982– empezaron a depurar con tecnologías blandas.

Después, en 1987, la Consejería de Medio Ambiente implantó en la provincia cuatro plantas experimentales de depuración de aguas residuales con tecnología de bajo coste, las de Pedroche, La Victoria, Luque y Zuheros. Estos sistemas a excepción del de La Victoria cumplieron con su objetivo de depuración de aguas residuales en dichas poblaciones hasta la modificación de los mismos en los años posteriores. En 1991, el núcleo urbano de Córdoba empezó a depurar sus aguas con la EDAR de La Golondrina. A partir de este momento las distintas administraciones públicas implicadas incrementaron la atención a la depuración de aguas residuales, según cuentan has hemerotecas.

Es destacable el papel de la ciudadanía, que cuando la Ley de Aguas de Andalucía creó en 2010 el “canon de mejora de infraestructuras hidráulicas de depuración de interés de la comunidad autónoma”, comenzó a pagar este tributo (en mayo de 2011) sobre el volumen de agua consumido, con carácter solidario, con el fin de reinvertir en depuración donde sea más urgente.

Son destacables tres momentos por la cantidad de población que se sumó a la depuración a través de las EDAR. En 1999 se pusieron en marcha estaciones para atender a una población de más de 49.000 personas en Lucena y Cerro Muriano . En 2002 se amplió el servicio a 32.000 personas más, con la de Puente Genil. Y en 2010, gracias a esos convenios de 2004 de colaboración entre la Junta y la Diputación, el servicio llegó a 65.000 personas más, con las de las localidades de Belalcázar, Belmez, Bujalance, Cañete de las Torres, Cardeña, Espiel, Fernán Nuñez, Luque, Pedroche, Priego de Córdoba y Villanueva de Córdoba.

Así, desde que se pusiera en marcha la depuradora de La Golondrina, en Córdoba, ya hay estaciones en Adamuz, Aguilar, Añora (conjunta con Dos Torres), Baena, Belalcázar, Belmez, Bujalance (conjunta con Cañete de las Torres), Cabra, Carcabuey, Cardeña, El Carpio (con Pedro Abad), Castro del Río (con Espejo), Córdoba, Doña Mencía (pendiente de reparación), Espiel, Fernán Núñez, Fuente Obejuna, Hinojosa del Duque, Hornachuelos, Iznájar, Lucena, Luque, Montemayor, Montilla, Montoro, Nueva Carteya, Palma del Río, Pedroche, Peñarroya-Pueblonuevo, Pozoblanco, Priego de Córdoba, Puente Genil, Villa del Río, Villafranca, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Rey, Villaralto (con El Viso), Villaviciosa y Zuheros.

Todo ello en un contexto en el que las EDAR de Córdoba lideran el cumplimiento de la actual normativa en Andalucía, en concreto, en un 80%, según pone de manifiesto el último informe de Ecologistas en Acción que analiza las muestras analíticas de las ocho provincias andaluzas, así como la evolución desde 2013. Tras Córdoba, se encuentra Granada, con un 76% de grado de cumplimiento.

Ecologistas en Acción ha realizado este informe con las muestras de 75 municipios de la provincia que corresponden con 69 depuradoras, ya que existen seis que tratan las aguas residuales de dos municipios cada una de ellas. Son los casos de las de Alcaracejos-Villanueva del Duque; Añora-Dos Torres; Bujalance-Cañete de las Torres; Castro del Río-Espejo; El Viso-Villaralto; y Pedro Abad-El Carpio. Algo más de la mitad de esas 69 depuradoras se encuentran en servicio y funcionando “correctamente”, pero hay muchas diagnosticadas “sin EDAR” y sólo una como “fuera de servicio”, que es la de Doña Mencía”.

Ecologistas, además, señala que hay 31 municipios en la provincia “diagnosticados como que no tienen depuradora”. Entre ellos, Alcaracejos; Almedinilla; Almodóvar del Río; Benamejí; y Los Blázquez. A ellos se suman Cañete de las Torres; Cardeña; La Carlota; Conquista; Doña Mencía; Dos Torres; Encinas Reales; Fuente La Lancha; Fuente Palmera; Fuente Tójar; La Granjuela; Guadalcázar; El guijo; Montalbán; Monturque; Moriles; y Obejo. El listado continua con las localidades de Palenciana; Pedroche; Posadas, La Rambla; Rute; San Sebastián de los Ballesteros; Santa Eufemia; Santaella; Torrecampo; Valenzuela; Valsequillo; La Victoria; Villaharta; Villanueva del Duque; Villanueva del Rey; y Zuheros.

Uno de los últimos dados entre administraciones en Córdoba en materia de depuración fue a finales de 2015 cuando la Diputación de Córdoba, a través de Emproacsa y la Junta de Andalucía firmaron un acuerdo para el impulso de 33 actuaciones en 36 localidades de la provincia en materia de depuración y agrupación de vertidos. El objetivo era el de dar cumpliendo a la Directiva Marco de Agua de la Unión Europea que obliga a los estados miembros al tratamiento de las aguas residuales. La Diputación se comprometía a auxiliar a los municipios y atrabajar para la obtención del suelo necesario donde construir las distintas EDAR, mientras que los ayuntamientos posteriormente serían los encargados de gestionar dichas estacionesdepuradoras de aguas residuales.

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