Magno Vía Crucis de Córdoba o cómo vivir toda la Semana Santa en un día

"Ladies and gentlemen, viajen con nosotros a mil y un lugares de la Semana Santa de Córdoba", comenta Jesús López a las puertas de la iglesia del Zumbacón (San Antonio de Padua) esperando la salida de el Cristo de la Coronación de Espinas. "Esa invitación de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba a vivir plenamente el Magno Vía Crucis, conmemorando el 600 aniversario del rezo del vía crucis en Occidente por parte del Beato Álvaro de Córdoba, por lo que estamos viviendo, está empezando a ser un éxito", añade

"De la Semana Santa de Córdoba y de parte de la provincia", le corrige su mujer, María Santiesteban. Jesús es "cofrade fanático desde muy niño de la Macarena" y " ya se ve por mis palabras que me gusta también la música de Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón, genio y figura", refiere.

Él y su mujer han viajado "exclusivamente" desde Sevilla para "revivir desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección de Córdoba, todo en un solo día", en una cita "extraordinaria" en la que participan 33 hermandades, 12 de ellas de la provincia. "También viajamos a Córdoba para vivir los tres grandes acontecimientos cofrades anteriores de la ciudad, como fueron el Vía Crucis Magno de la Fe, en 2013; la Magna Mariana Regina Mater, en 2015; y la Magna Nazarena, en 2019", comenta María.

No olvidan referir que han leído en los periódicos que se espera que por las calles transiten 150.000 personas y que más de un millar de agentes de policía velarán por la seguridad. Dan fe de que en distintos lugares de la ciudad se han encontrado muchos autobuses que han llegado desde distintos puntos de la provincia y de otras provincias ajenas a la cordobesa.

Muchos son los vecinos de los 12 municipios cordobeses cuyas hermandades participan en la cita los que se han desplazado a la capital para acompañar a sus imágenes, como al Cristo de las Aguas de Palma del Río, al Cristo de la Caridad de Pozoblanco, a Nuestro Padre Jesús de la Columna de Priego de Córdoba, a Nuestro Padre Jesús de los Afligidos de Puente Genil o al Cristo de Zacatecas de Montilla.

Ese "por lo que estamos viendo" que destaca Jesús comenzaron a vivirlo desde primeras horas de la mañana, cuando el trayecto entre la plaza del Alpargate y la iglesia de San Andrés empezó a ser un río humano. "En ese trayecto, las iglesias de María Auxiliadora, San Lorenzo y San Andrés, en las que en esos momentos se celebraban bodas, estaban llenas de gente, entre las personas que asistían a esas ceremonias y las que fueron a ver a las imágenes que iban a participar en el Magno Vía Crucis", refiere.

Esas personas visitaban desde por la mañana, ya preparados para viajar en procesión hasta la Santa Iglesia Catedral, al Señor del Prendimiento, Nuestro Padre Jesús del Calvario, el Señor del Remedio de Ánimás. María Santísima de la Esperanza y Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso.

A Jesús no le falta ni un ápice de razón respecto a la importante respuesta de la gente (de cordobeses y no cordobeses, de cofrades y no cofrades, de cristianos y ateos) a la llamada para vivir el Vía Crucis Magno. Una prueba de ello es la multitud que se agolpa en la plaza del Alpargate a la espera de la salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado, una multitud como aquella que relataba el pasaje bíblico Mateo 14:13-2, aquella del milagro de la multiplicación de lo panes y los peces, "por aquello de la fe que le tenemos en la ciudad al Señor de Córdoba, que año a año multiplica su número de devotos y de fieles", relata Pedro Criado, uno de los costaleros del Rescatado.

Pedro, que comparte conversación con compañeros de costal que llevan tatuados en sus brazos a Jesús Rescatado y a Nuestra Señora de la Amargura, la titular mariana de la cofradía trinitaria, refiere que "para nosotros es un día muy especial". "Especialmente, es un día muy especial para mí, porque el Señor de Córdoba es el Señor de mi madre y de mi abuelo. En nuestra familia se le tiene muchísima devoción y cuando nos dijeron que después del Domingo de Ramos íbamos hoy a acompañarlo sentí algo especial", destaca.

En la plaza del Alpargate, Lucía Martínez y Aurora Ruz, dos jóvenes amigas refieren que ya tienen varios puntos en los que esperar a distintas imágenes. "Vamos a ver cómo pasa El Calvario por San Andrés; también queremos ver al Cristo de Zacatecas", comenta Aurora, que tiene raíces montillanas.

Aurora explica que el Santo Cristo de Zacatecas es uno de los mejores exponentes del barroco colonial que llevaron los españoles a las Indias. De tamaño superior al académico y con una altura de 210 centímetros, la imagen está construida con una mezcla de fibras vegetales de caña de maíz y encolados. La talla, grandiosa por su tamaño, su colorido y las emociones que provoca, despertó pronto el fervor y la compasión de los montillanos, y Andrés de Mesa, el 10 de septiembre de 1576, lo donó a la Cofradía de la Vera Cruz, que todavía la custodia en una capilla de la parroquia de Santiago Apóstol.

Antes, Lucía y Aurora tienen pensado "ir a la plaza de San Agustín para ver la salida de la Virgen de las Angustias". Para ello se cruzan por las calles con ríos humanos que circulan por todas las direcciones. Ríos en los que caminan costaleros de la Esperanza y de otras hermandades que van camino de sus templos para acompañar a sus titulares en el vía crucis. También de componentes de distintas bandas de música que van a poner banda sonora al transitar de las imágenes hacia la Santa Iglesia Catedral.

En la plaza de San Agustín, en la que muchos no se esperaban tanta multitud, la salida de la Virgen de las Angustias se retrasa, como ya se han retrasado las del Calvario y el Rescatado. En esa plaza están desperdigados los componentes de la Banda de Música de El Saucejo (Sevilla), cuyo director es Jesús Joaquín Espinosa de los Monteros. "Para nosotros este Magno Vía Crucis es como un Jueves Santo más, día en el que acompañamos a la Virgen de las Angustias", insiste.

Jesús Joaquín refiere que desde 2019 la banda está vinculada con la Hermandad de las Angustias. "Y digo que es como otro Jueves Santo porque el recorrido que nos va a llevar a la Santa Iglesia Catedral es ese que realizamos durante la Semana Santa, además de que interpretaremos durante el camino de hoy las mismas marchas de entonces", relata. Entre esas marchas no faltarán "Virgen de las Angustias, de Enrique Báez Centella, que es santo y seña de la hermandad, y Saeta cordobesa, que es una verdadera reliquia", destaca.

La tónica continúa con las calles convertidas en ríos humanos de gente que va de aquí para allá buscando los mejores escenarios donde presenciar los tránsitos cofrades hasta la Santa Iglesia Catedral y con la Policía Local vigilando muchos rincones de la ciudad para evitar que, por ejemplo, motoristas, como ocurre en la calle Alfaros, invadan calles por las que discurren las imágenes. Ríos humanos que fluyen durante todo el día con el ansia de presenciar las mejores instantáneas del Magno Vía Crucis. Jesús llevaba razón con su profecía, esa invitación de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba a vivir plenamente esta gran cita cofrade "está siendo todo un éxito", a pesar de los grandes retrasos que empiezan a acumular las comitivas.