Este año no hubo miedo a que las gotas de lluvia empañaran el inicio de la Semana Santa procesional de Puente Genil. El pasado tampoco, pero durante la última década la imagen mariana de los sábados previos al Domingo de Ramos ha tenido que quedarse en mas de una ocasión sin lucir por las calles debido a las inclemencias meteorológicas. Ayer, la Virgen de la Guía, una de las pocas dolorosas que en el municipio sale en procesión en un paso sin palio en el que destaca su candelera de cera rizada, volvía a anunciar las primeras gotas de cera de la Mananta en las calles. Se trata de un paso portado a varales, cuyos bastoneros pertenecen a la corporación bíblica de Los Ataos. Por ello, uno de los momentos mas esperados del recorrido fue de nuevo el paso de la imagen por la puerta de esta corporación bíblica, ubicada en la calle Calzada. Allí, los hermanos bastoneros mecieron a su titular al son de la marcha Barrabás y se cantaron sentidas saetas.

Esta misma marcha fue interpretada mientras el paso subía por la Cuesta Baena entre los aplausos y la ovación de miles de personas, que correspondían de esta manera al esfuerzo de los bastoneros que, de una sola chicotá, recorrieron todo el tramo de la calle hasta llegar hasta la misma puerta del templo de la Concepción minutos antes de la media noche, hora en que la Virgen tiene programado su encierro, también muy esperado.

La imagen de la Nuestra Señora de la Guía es de autor anónimo, de principios de siglo XVII. Fue restaurada en 1974, coincidiendo con el 25 aniversario de la refundación de la cofradía, por Juan Martínez Cerrillo, que le eliminó las manos cruzadas que poseía la Virgen y le talló unas nuevas, que son las que dispone actualmente. No obstante, más recientemente, en 1991, el artista local Antonio Carmona también introdujo mejoras en la imagen. Precisamente, fue asimismo Carmona quien realizó determinadas reformas en el paso de la Virgen con la ampliación de la bancada y la canastilla y la incorporación de nuevos elementos decorativos.