Pasaban unos minutos de las 13:00 cuando ha arrancado este sábado en la iglesia de San Pablo el pregón de la juventud, cita organizada por la Agrupación de Cofradías de Córdoba. Bajo medidas de restricción y ante la atenta mirada de los titulares de la hermandad de la Expiración, que presidían el altar del templo, Manuel Santos Gómez realzó la Semana Santa de forma brillante.

Nombrado para el año 2020, la pandemia del covid-19, presente todavía en la actualidad, impidió que realizará este pregón. Nacido en 1996 en Granada pero criado en Córdoba, es hermano de las hermandades de la Esperanza y del Socorro, de las que no se olvidó durante su disertación. Graduado en Historia en la Universidad de Córdoba, es miembro muy activo de la juventud cofrade cordobesa, al ser el presidente del Grupo Joven de la corporación del Domingo de Ramos.

Tras un año de espera, Manuel Santos, que estuvo arropado por la presidenta de la Agrupación, Olga Caballero, y de los grupos jóvenes de las hermandades cordobesas, ha contado un pregón muy personal, que tuvo una duración de más de una hora tras ser presentado por Rafael Ávila. Todo un gran repaso a la Semana Santa, desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, de San Lorenzo a Santa Marina.

Sin olvidar tampoco a su hermandad de la Esperanza, de la que se enamoró hace ocho años de su Virgen. Un flechazo, como ha reconocido el pregonero, tras ver a la morena realizada por Antonio Dubé de Luque. También estuvieron presentes sus titulares en un pequeño altar, donde destacaba la Virgen de la Esperanza y el Señor de las Penas, entre otras imágenes.

Manuel Santos, ante un pequeño altar con guiños a su hermandad de la Esperanza.

Tampoco quiso olvidarse de este tiempo oscuro que vivimos con la pandemia, muy presente en el día a día y que hará que no haya procesiones de Semana Santa por segundo año consecutivo. Eso sí, se vivirá de forma íntima, especial y con el cariño de los hermanos, desde el interior y el sentimiento, como lo reflejó Manuel Santos. Una gran luz, celeste, clara y pura para hacer un gran guiño a unos grandes días de pasión.