7 mitos sobre los suplementos alimenticios que necesitas dejar de creer
Contenido ofrecido por Quirón Salud

En los últimos años, los suplementos vitamínicos se han convertido en compañeros habituales de quienes buscan mejorar su salud, tener más energía o prevenir enfermedades. Pero junto con su popularidad, han proliferado muchos mitos que pueden llevar a malos hábitos o expectativas poco realistas.
De la mano de Ana Fraile Oliva, nutricionista de Quirónprevención, en este artículo desmentimos los 7 mitos más comunes sobre los suplementos alimenticios, para que tomes decisiones más informadas y saludables.
Mito 1: “Si tomo vitaminas, no necesito preocuparme por mi alimentación”
Realidad: Totalmente falso.
Los suplementos vitamínicos no pueden sustituir una alimentación equilibrada. Los alimentos naturales aportan una combinación única de nutrientes, fibra y compuestos bioactivos que ningún suplemento puede replicar. “La prioridad debe ser siempre una dieta variada, rica en frutas, verduras, proteínas de calidad, grasas saludables y carbohidratos integrales”, explica, “los suplementos solo deben utilizarse cuando hay una deficiencia diagnosticada o bajo recomendación médica”.
Mito 2: “Cuantas más vitaminas tome, mejor”
Realidad: No, y puede ser peligroso.
Consumir dosis excesivas de vitaminas, especialmente las liposolubles (A, D, E y K), puede provocar toxicidad y causar daños en órganos como el hígado o los riñones. Más no es mejor, la cantidad adecuada es únicamente la que cubre las necesidades individuales de cada organismo. Siempre consulta con un profesional de la salud y respeta las dosis recomendadas.
Mito 3: “Los suplementos naturales son siempre seguros”
Realidad: Natural no significa inofensivo.
“Que un producto se etiquete como “natural” no garantiza que sea seguro”, subraya la nutricionista, “eficaz o incluso saludable. Algunos suplementos pueden causar efectos secundarios o interactuar con medicamentos. Además, el hecho de que sea natural puede suponer que no tenga una concentración estándar, ya que la naturaleza no es exacta, y por tanto puede ser difícil controlar su inocuidad”. Por eso, antes de empezar a tomar cualquier suplemento —natural o no— es imprescindible consultarlo con un especialista.

Mito 4: “Si hago deporte, necesito tomar suplementos”
Realidad: No necesariamente.
La mayoría de las personas activas pueden obtener todos los nutrientes necesarios a través de una dieta equilibrada. Solo en casos específicos (como entrenamientos de alta exigencia o deficiencias comprobadas) se justifica la suplementación. Y, nuevamente, siempre con la guía de un profesional.
Mito 5: “Todos necesitamos suplementos de vitamina D y B12”
Realidad: Depende del caso.
La necesidad de vitamina D varía según la exposición solar, la dieta y otros factores individuales. “La vitamina B12, por su parte”, aclara Ana Fraile, “suele ser necesaria en personas veganas o con dificultades de absorción. La única forma fiable de saberlo es mediante análisis clínicos y orientación médica”.

Mito 6: “Los probióticos son necesarios para todo el mundo”
Realidad: Útiles en ciertos casos, pero no universales.
Los probióticos pueden ser beneficiosos tras tratamientos con antibióticos o en patologías como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Crohn. Pero no todos los probióticos son iguales: sus efectos dependen de la cepa, la dosis y el contexto. Antes de incluirlos en tu rutina, consulta si realmente los necesitas y cuál es el más adecuado para ti.
Mito 7: “El colágeno en suplementos rejuvenece la piel y mejora las articulaciones de forma milagrosa”
Realidad: Tiene potencial, pero no hace magia.
El colágeno es una proteína que el cuerpo descompone durante la digestión. “Algunos estudios sugieren que el colágeno hidrolizado puede favorecer la elasticidad de la piel o la salud articular, pero sus efectos no son inmediatos ni milagrosos. Además, una buena dieta rica en proteínas, vitamina C, zinc y cobre estimula la producción natural de colágeno y puede ser más interesante a largo plazo”, subraya.
“En resumen”, concluye la especialista, “los suplementos alimenticios pueden ser aliados valiosos en momentos puntuales, pero no deben sustituir los pilares de la salud: una buena alimentación, ejercicio regular y hábitos de vida saludables”.
Antes de empezar cualquier suplementación, consulta con un profesional de la salud, evalúa tus necesidades reales y apuesta por el equilibrio.
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