Subbética

Zuheros, la capital mundial del queso

  • Miles de personas pasan por la Plaza del Castillo atraídos por una fiesta que transforma al municipio

Una visitante pide degustaciones en uno de los establecimientos de la Fiesta del Queso.

Una visitante pide degustaciones en uno de los establecimientos de la Fiesta del Queso. / Javi Vape

"Este fin de semana es la Fiesta del Queso de Zuheros, por si a alguien le cuadra". El mensaje, de WhatsApp, pues los sms ya son cosa del pasado, como lo era el "beso en la boca" que cantaban los brasileños Axé Bahía, ruló desde primera hora de la mañana por un grupo de profesores de un colegio de Fuengirola. El plan hizo tilín a más de uno, pero la distancia frenó las ganas, al menos de momento, pues hasta este domingo tienen en su mano participar de una feria gastronómica que es algo más que una feria gastronómica, pues transforma por completo a un municipio que muestra todas sus virtudes el fin de semana que da la bienvenida al otoño.

Para alentar esas ganas de dejar la Costa del Sol y poner rumbo hacia el corazón de la Subbética, las fotos que desde allí les ha ido mandando Pilar, compañera de fatigas en el día a día, pero al que su origen cordobés le ha hecho coincidir -casualidad o no- de visita en la capital, desde donde no ha dudado en coger el coche para vivir su estreno en la Fiesta del Queso. Fotos de gente, dando colorido a esa Plaza del Castillo poblada por casi una veintena de establecimientos y convertida en pista de baile fruto del entusiasmo de los animadores, de grandes y pequeños; y fotos de los platos, con degustaciones de hasta 60 variedades -"ojalá poder estar más rato para probarlas todas", ha comentado en más de una ocasión-, que ponen los dientes largos hasta al Ratoncito Pérez.

A Pilar le tiran los añejos, que han sido su primera elección, con variedades llegadas desde Extremadura e Hinojosa del Duque, aunque al final han sido un ahumado de Mahón, en Menorca, y un queso de cabra payoya de Cádiz los que le han acabado conquistando el paladar. "Estos estamos menos acostumbrados a probarlos, y es para lo que está una fiesta así", explica la joven cordobesa, que se ha quedado con las ganas de mojar sus viandas lácteas con un buen vino, ante la negativa de sus acompañantes; cerveza, que no está mal tampoco, menos aún con las temperaturas que han acompañado toda la jornada, aunque la altura a la que se levanta Zuheros ha sido un alivio para más de uno.

Entre ellos, Rafa, que también se ha estrenado junto a Javier, al que sus recuerdos de años atrás, "hace no menos de diez años", le llevaban a recordar los pormenores del certamen. Han tenido suerte en aparcar no demasiado lejos, por lo que no han tenido necesidad de tomar alguno de los servicios de autobús gratuitos que la organización dispone para acercar a los visitantes, dado que las entradas al pueblo están cerradas estos días para uso exclusivo de los vecinos. La subida hasta la plaza la han hecho por el camino que lleva al parque periurbano "y no veas el sustillo de la pasarela colgante", lo que les ha llevado a decidir que "para bajar nos iremos por el pueblo, y así lo vemos". Tras lo primero, ha sonado a excusa, pero...

No han tardado mucho en irse -antes, eso sí, han degustado otro de Los Balanchares, máximos culpables de esta Fiesta del Queso, que tampoco les ha dejado indiferentes-, como muchos de los visitantes, en una rotación continua que hace que la Plaza del Castillo nunca parezca abarrotada, pero siempre llena. Una imagen esperada tras dos años de parón obligado por la pandemia, con reinvenciones como esa feria online del pasado año; pero nada como estar cara a cara con el quesero. Para muestra un botón, si bien la cercanía de los que están al otro lado de la barra lo convierte en habitual en el paseo por el recinto.

"¿Quieres un queso bueno? Pues entonces este. Si vas a hacer caso al quesero, que es el que sabe, prueba este", ha acertado a decir uno ante la duda de unos visitantes, absorbidos por la variedad, atraídos por la pinta y el olor que desprende cada puesto. Y ante eso, chitón. "Si no te gusta, vienes y te doy otro", ha continuado, para defender su apreciación. No ha hecho falta. Porque todos, cada uno a su manera, con sus particularidades, están para chuparse los dedos. Queda este domingo. El que pueda, que pase, porque luego la espera de un año se hace larga.

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