La Virgen de Guía ya está en Villanueva del Duque. Llegó en la tarde del Domingo de Resurrección, como la tradición exige, aunque de una manera menos solemne de lo acostumbrado. Las severas restricciones del estado de alarma por el coronavirus han impedido que este año haya romería, por lo que el párroco de San Mateo Apóstol no ha tenido más remedio que trasladarla en su vehículo desde la ermita, en la "casita" que sobrevivió de manera milagrosa a la Guerra Civil, y tapada con un paño, como ha contado a el Día.

La localidad de Los Pedroches estaba expectante para recibir la efigie, de apenas 24 centímetros. Repicaron las campanas y los vecinos se asomaron a las puertas y los balcones para recibir la bendición; el cura, con el hábito de las ocasiones especiales, amplia casucha bordada en oro, la llevó a la puerta del templo para la bendición. Este lunes se ha retransmitido la eucaristía pero la fiesta se ha quedado a medias, pues, obligadas por el enclaustramiento obligatorio, las Mozas no han podido salir a la calle a festejar su día.

La Virgen de Guía es una advocación que, desde tiempo inmemorial, los villanovenses comparten con Alcaracejos, Dos Torres, Fuente la Lancha e Hinojosa del Duque. El culto compartido entre dichos pueblos se debe -según una de las hipótesis de más peso-, a que habiéndose encomendado el rey a tres nobles caballeros la conquista de ciertas tierras y una vez llevada a cabo la obra con satisfactorios resultados, se despidieron entre sí en el lugar en donde hoy se encuentra la ermita donde dejaron la imagen y acordaron darle culto, llevándosela a las respectivas ciudades. A la Virgen de Guía le aguarda una primavera viajera, eso sí, en la soledad del vehículo a motor.

Numerosos municipios del Norte de la provincia se han visto obligados a suspender sus festejos de lunes de Pascua. En Añora no ha habido comilonas en el parque de San Martín, ni en Pedroche ha tenido lugar la función de los Quintos, derrotados por el coronavirus. Habrá que esperar a la próxima primavera.