La última misión de la Patrulla J
PUERTO DEL CALATRAVEÑO
LA mente telepática del profesor Antonio Xavier Márquez echaba humo. Captaba lobos devorando corderos a manta en plena sierra de Villaviciosa, por lo que decidió que tenía que reunir inmediatamente a su Patrulla J, esa gran pandilla de superhéroes de la Administración, delegados en Córdoba de los X-Men, de la que se cuenta que junta [de Andalucía] es casi invencible y gana mucho. El lobo, que buen comilón / que buen comilón, cantaban los animalitos mientras se daban el festín a base de 46 ovejas y 51 borregos. Mientras, Xavier Márquez continuaba viendo en su mente incesantemente a los cánidos en plena orgía de gula, mientras intentaba trasladarle la noticia vía mental, obviamente, y a ritmo de ADSL al bueno de Luis el Rey de los Lobeznos, quien se encontraba afilándose las garras de aleación de adamantium. Era una buena nueva. Hacía más de un año que los asilvestrados perritos no habían dado señales de vida en la provincia, desde que se merendaran 64 lindas ovejitas en las cercanas tierras de Hornachuelos.
Luis Lobezno, al que Xavier le tiene delegadas las funciones de defensa del Medio Ambiente, captaba esas ondas entre una especie de interferencias en las que se escuchaba la voz casi resucitada del etólogo y naturalista Félix Rodríguez de la Fuente hablando de las maravillas del canis lupus y de las necesidades conservacionistas de la especie. El delegado de las garras de aleación de adamantium envió por delante a técnicos de la Escuela de Jóvenes Talentos del profesor Xavier para que, con las últimas técnicas analíticas, depuraran que se trataba de lobos y no de perros asalvajados por el abandono humano. Y lo confirmaron. Los causantes de la comilona ovina eran entre cinco y siete villanos asalariados del gran enemigo de Xavier, Magneto, descendientes de los protagonistas de El Hombre y la Tierra y de esos que están acostumbrados, parece ser, a volver a casa por primavera, que no por Navidad como reza un anuncio de turrones, que no del lobo.
Pero Lobezno no estaba sólo en la última misión de la Patrulla J. El profesor mandó los mismos mensajes a todos los otros mutantes de humanos a políticos del grupo. Las mismas ondas con interferencias de Félix Rodríguez de la Fuente llegaron a Francisco García Delgado -el Ángel en las tareas de superhéroe-. Al bueno del Ángel, al que Xavier le tiene delegadas las tareas de Obras Públicas, se le cruzaba el mensaje mental con una banda sonora en forma de cancioncilla de Enrique y Ana: Esta mañana me ha contado el gallo / que el elefante le contó al castor / que la culebra dijo a la piraña / que esta mañana esta más triste el sol. Me ha dicho el pato que le diga al gato / que lobo dice que contó al ratón / que la coneja dijo a la anaconda / que esta mañana esta más triste el sol /. Amigo Félix, cuando veas un lobo....Mientras el Ángel se preparaba para echar un vuelo por la zona del banquete ovejil fortaleciendo sus poderes a base de litros y litros de Red Bull, a la búsqueda de los villanos se incorporó también otro miembro de la Patrulla J, Francisco Cíclope Zurera, al que Xavier le tiene delegadas las tareas de que todo vaya bien en el campo. Todavía se recuerda la cruenta batalla que Cíclope hubo de luchar hace tan sólo unos meses, recién llegado a la Escuela de Jóvenes Talentos del profesor, contra otra amenaza de las ovejas, otro villano con la lengua totalmente azul que acababa con ellas a base de acatarrarlas. Su mirada mortal, con una pequeña ayuda del frío invierno, acabó venciendo.
El Ángel, Lobezno y Cíclope tampoco están solos en la misión. A ella se han sumado María Isabel Tormenta Baena, experta en temas de salud y capaz de provocar mentalmente todo un ciclón que acabe con contaminaciones como la que sufrió el pantano de Iznájar; Jennifer Lola Alonso Grey, erudita en temas de educación y con el poder de resurgir de sus cenizas -por algo la llaman Fénix- cuando recibe críticas por la situación de los colegios; y Mercedes Pícara Mudarra, capaz de absorber cualquier poder con sólo tocarte y la superhéroe con más cultura. Xavier sabe que la batalla está ganada y ya tiene preparado el turrón para celebrarlo, del lobo, por supuesto
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