Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Toros
Triunfal tarde de toros con los tres toreros a hombros. El público salió satisfecho de la plaza y hablando excelencias de lo que había visto. Es lógico. La tauromaquia tiene muchas maneras de conmover al que se sienta en el tendido. Una puede ser la épica, otra la estética y otra la ambición. Diversidad, ante todo. Unos admiran más al torero de valor, otros al estilista y otros -los más- a la novedad que pretende comerse el mundo. Así fue, así es y así será. Lo cierto es que al final todos salieron contentos, aunque como indica el titular de esta crónica, con diversos matices.
Se presentaba en Pozoblanco, y también en la provincia de Córdoba, David de Miranda, que entró sustituyendo al lesionado Manzanares. El onubense viene de hacer una espectacular campaña. Triunfos importantes que han hecho que se haya hecho un nombre y se haya ganado un respeto por parte de todos lo que forman parte del llamado planeta de los toros. De Miranda estuvo en la línea que ha venido mostrando tarde tras tarde. Mérito tuvo la actuación en su primero. Cuajó un trasteo basado en el valor sereno y espartano. Sin alharacas y con poco artificio. Valor a secas. Aguantó miradas, parones, derrotes. Ahí estuvo siempre. Dispuesto y tratando de hacer el toreo que le está llevando a colocarse en lo alto.
En su segundo, que fue mejor colaborador, presentó los mismos avales. Sangre fría y un valor a prueba de bombas. En su haber está el pisar el terreno que pisa, ese que dice que queman los pies, y aguantar estoicamente las embestidas de los animales que le toca lidiar. También donde otros ponen el engaño, De Miranda pone el cuerpo, espera mucho las embestidas con la muleta retrasada y eso da un plus a su labor frente los astados. Muy bien en Pozoblanco y a tener en cuenta para la temporada que viene, que puede ser la de su entrada en todas las ferias.
De Pablo Aguado hay que resaltar su naturalidad ante los toros. Aguado no es torero de aspavientos, tampoco de vender lo que hace a los tendidos. Aguado hace el toreo clásico, sin impostura, lo que le hace pecar tal vez de frialdad, pero tiene ese halo que gusta a los amantes del toreo de siempre. En su primero, al que recibió de forma extraña por chicuelinas, le enjaretó una faena desigual, en la que hubo pasajes de buen gusto adornados con esa característica tan suya de la facilidad. Mató mal y perdió posiblemente una oreja. En su segundo lució mucho más su actuación. Todo bajo la premisa de la facilidad y el buen gusto, destacando igualmente esos detalles de pinturería sevillana tan del gusto de los estetas. Tras un pinchazo, agarró una buena estocada y esta vez fue premiado con el doble trofeo.
Sorprendió Marco Pérez al respetable. Es lo que tiene la juventud, que no la bisoñez, porque el salmantino conoce el oficio de pe a pa. Empezó de muy niño a torear y se nota, porque hay que repetir que se conoce todos los entresijos de la profesión. Los buenos y los malos. ¿Torea? Sí, si no lo hiciera no estaría en el circuito, pero lo mismo que aplica lo positivo a sus actuaciones, también hay mucha impostura y muchos recursos que envilecen lo que hace.
Por su novedad se le perdona, pero ojo, llegará el día que, tal vez, las cañas se le tornen lanzas. Facilidad en sus dos faenas, recursos, algunos pasajes destacables, pero, lo dicho, no todo el monte es orégano. Censurable el dejar agonizar a sus dos oponentes. El toro es el pilar sobre la que se sustenta esta fiesta y merece el máximo de los respetos. Prolongar una agonía por el temor de perder trofeos, que no son más que despojos, es un desagravio al que te puede dar la gloria. Es joven, muy joven, de ahí tal vez su osadía.
Ganadería: Seis toros de Cayetano Muñoz. Desiguales de presentación entre sí, aunque bonitos y agradables para los toreros. Su juego resultó también desigual, destacando los jugados en tercer, cuarto y sexto lugar.
Toreros: David de Miranda (sangre de toro y oro). Estocada (dos orejas) y estocada (dos orejas tras aviso). Pablo Aguado (nazareno y oro). Tres pinchazos y estocada (ovación con saludos) y pinchazo y estocada (dos orejas tras aviso). Marco Pérez (malva y oro). Estocada y descabello (oreja tras dos avisos) y estocada (dos orejas con petición de rabo tras dos avisos).
Incidencias: Plaza de toros Los Llanos. Segundo festejo de la feria en honor de Nuestra Señora de las Mercedes. Mas de media plaza en tarde en la que el viento molestó en algunos momentos. Destacaron con los palos Iván García y Rafael González que saludaron montera en mano. Al finalizar el festejo, los tres espadas salieron a hombros por la Puerta del Gallo. Destacar la notabilísima actuación de la banda municipal de música local que interpretó magistralmente una selección de pasodobles toreros.
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