PUERTO DEL CALATRAVEÑO

El nuevo SOS de la dehesa

  • El ecosistema pedrocheño por excelencia corre el peligro de desaparecer, debido a la falta de ayudas, ya que está considerada por la Unión Europea como pasto forestal

Atardecer en la dehesa de Los Pedroches

Atardecer en la dehesa de Los Pedroches / El Día

Fotografiada por miles de personas, analizada por cientos de biólogos, admirada cada vez que se pasa por ella. Una joya ambiental para Córdoba y, al mismo tiempo, despensa de muchos, pero tanto para los seres humanos, como para la diversa fauna que en ella habita. Es la dehesa de Los Pedroches, la misma que ahora corre el riesgo de desaparecer.

Un ecosistema que maravilla y deslumbra a quien viaja por las carreteras serpenteantes que la atraviesa en cualquier época del año en el caso de la provincia de Córdoba –con esas tonalidades en su suelo que cambian a medida que el sol se hace más fuerte, pero también más débil– y refugio, además, de una fauna y también de una flora que no se puede encontrar en ninguna otra parte del mundo.

La razón de que la dehesa corra el riesgo de desaparecer no es otra que las ayudas que recibe este maravilloso y ecosistema de buena parte de la provincia de Córdoba no son suficientes.

Resulta extraño confirmar que esta superficie, tan aclamada y protegida por los beneficios que reporta, no esté considerada como tierra agraria, sino como pasto forestal por parte de la Unión Europea, tal y como ha puesto de manifiesto está misma semana el catedrático de Ganadería Ecológica de la Universidad de Córdoba, Clemente Mata, durante su intervención en las jornadas de Porcino que se han celebrado en Villanueva de Córdoba, organizadas por Asaja, quien ha puesto la voz de alarma sobre el problema que se avecina si no hay un cambio de postura.

Son las administraciones públicas, desde el Gobierno central a la Junta de Andalucía, las responsables de esta situación, ya que en su día colocaron a la dehesa, la misma en las que se crían los cerdo ibéricos de los que presumir en cualquier feria gastronómica y que tan buenos beneficios reportan con sus ventas, en una suerte de “cajón de sastre”, tal y como define Mata, lo que la deja fuera de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC).

Es decir, que las mismas medidas y subvenciones que reciben miles de agricultores cada año para sacar adelante sus producciones pasan de largo para los propietarios de superficie de dehesa cuando podrían tener el mismo derecho, pero no sólo por el valor económico de sus tierras y la riqueza que genera, que tambien, sino que se tiene que conservar por otros muchos motivos, que comienzan desde el meramente ambiental.

En Córdoba, la dehesa se extiende en más de 452.000 hectáreas, de las que un 23% se corresponden con ecosistema de espesura normal y pasto, el 22% con dehesas cultivadas, el 17% con otenciales o matorralizadas y el 13% normales con pasto. Córdoba es, además, la provincia con mayor superficie cultivada de toda Andalucía, con unas 1000.000 hectáreas.

Pues bien, todo esto puede desaparecer si no se actúa de manera inmediata por parte de las administraciones públicas que ahora negocian la PAC correspondiente al periodo 2021-2027.

Pero es que la extensión de la dehesa no se limita única y exclusivamente a la provincia de Córdoba, sino que están presentes en gran parte de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Madrid, y representan un 61,57 % del total del los pastos permanentes leñosos en estas comunidades autónomas.

Es decir, que no sería de extrañar y estaría bien que surgieran grupos de apoyo para la defensa de este ecosistema para reclamar este cambio de categorización.

Unos grupos que, a buen seguro, levantarían la voz por un buen motivo y que, por ejemplo, podrían lanzar mensajes contundes a favor de la dehesa, ya que si la situación persisteí, desaparecerá antes de que nadie se de cuenta, no sólo por la falta de ayudas por parte de la Unión Europea y por el hecho de estar categorizada en un apartado que no le corresponde, sino también por los otros problemas de los que adolece durante algunas campañas, como es la temida seca.

No obstante, ésta no es la única medida adoptar para esta superficie, ya que también necesita iniciativas para la mejora de la rentabilidad de las explotaciones, el apoyo a los propietarios, la concreción de las normativas que afectan a la gestión y el apoyo de las administraciones. La dehesa no puede ni debe desaparecer.

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