Sucesos

Los seis casos sin resolver de personas desaparecidas en la provincia de Córdoba

Ángeles Zurera, Francisco Bonilla, Francisco Molina, Rafael Muriel, Yaya Diaw y Francisco Reyes.

Ángeles Zurera, Francisco Bonilla, Francisco Molina, Rafael Muriel, Yaya Diaw y Francisco Reyes. / El Día

Ángeles Zurera, Yaya Diaw, Francisco Bonilla, Francisco Molina, Rafael Muriel y Francisco Reyes. Estos son los seis nombres de personas desaparecidas en la provincia de Córdoba, la más antigua de hace 15 años y la más reciente, de febrero de 2022. Para sus familiares y amigos, pese al tiempo transcurrido, son nombres que siguen presentes cada día, casi a cada hora, de ahí que la Asociación SOS Desaparecidos haya querido dedicar este jueves 9 de marzo, cuando se conmemora el Día Nacional de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente, a la "memoria", es decir, a todos los sentimientos y vivencias que acompañan para siempre a familiares y amigos.

El coordinador de SOS Desaparecidos en la provincia de Córdoba, Mariano Jiménez, ha recordado a El Día que en la provincia de Córdoba hay seis alertas activas, la más antigua la referida a la vecina de Aguilar de la Frontera Ángeles Zurera. De Angelines, en su pueblo se sigue hablando en presente. Aunque hayan transcurrido ya 15 años desde su desaparición.

Fue el domingo 2 de marzo de 2008. Uno de sus dos hijos aseguró entonces a la Guardia Civil que aquella mañana escuchó un claxon y luego a su madre despedirse. Nada más. Durante meses se produjeron continuas búsquedas y rastreos de terrenos, y también en propiedades y obras en las que había trabajado su exmarido, Manuel Reina, el único investigado en relación al caso.

A Angelines se la recuerda como niña, como muchacha, como madre, como mujer. Casi todos los aguilarenses atesoran un recuerdo vivo de su vecina. En cada barrio, en cada familia existe una experiencia que la une a ella, como si durante años hubiera sido una especie de espina dorsal de una ciudad dolorida. Es un sentimiento común que coincide en todos los casos de personas desaparecidas, de ahí que en la conmemoración de este año se apele a la "memoria".

Dos casos de 2015

Los padres de Paco Molina, con un cartel del joven en 2019. Los padres de Paco Molina, con un cartel del joven en 2019.

Los padres de Paco Molina, con un cartel del joven en 2019. / Juan Ayala

Del año 2015 constan dos investigaciones. La primera es la de Francisco Bonilla, un vecino de Cabra que ahora tendría 76 años y cuyo paradero se desconoce desde el 13 de abril de aquel año, cuando había cumplido 68. Su descripción física es la siguiente: 1,65 metros de altura, 67 kilos de peso, calvicie parcial, castaño, ojos marrones, complexión corpulenta y utiliza gafas graduadas. Se le vio por última vez en su huerto y, en aquellos primeros momentos, la búsqueda se desarrolló en las inmediaciones de la finca, una zona cercana a un arroyo y su vivienda, pero hasta el momento no ha habido éxito.

La segunda investigación vigente de aquel año es una de las más mediáticas: la desaparición de Francisco Molina. Nada se sabe de este joven de 24 años desde que se le vio por última vez, con solo 16 años, el 2 de julio de 2015, cuando quedó con unos amigos en la capital cordobesa. Desde el principio, sus padres han puesto en duda que su hijo se marchara voluntariamente, dado que no se llevó el dinero que tenía en casa, ni tampoco ropa, por lo que no entienden cómo, según testigos, el menor tomó un autobús hacia Madrid, donde se pierde su paradero.

Durante este tiempo han recibido muchas llamadas aportando falsas pistas, algunas de las cuales han sido investigadas por la Policía. Una de ellas era de Colombia y pedían dinero, diciendo que, si no lo entregaban, matarían al joven, según desveló el padre. Asimismo, un hombre con antecedentes acusado de un delito contra la integridad moral, después de que supuestamente ofreciera a los padres pistas falsas sobre su paradero, aceptó en sede judicial en noviembre de 2017 una pena de seis meses de prisión y multa de unos 700 euros.

La familia mantiene activo el correo electrónico buscandoapacomolina@gmail.com y el apartado de correos 3011 de Córdoba por si alguien quiere aportar pruebas de manera anónima. De acuerdo a la descripción que sigue vigente, en el momento de la desaparición el joven medía 1,75 metros, pesaba 75 kilos y llevaba el pelo largo y liso, de color marrón; sus ojos también son oscuros.

Rafael Muriel, Yaya Diaw y Francisco Reyes

El 1 de septiembre de 2016, desapareció Rafael Muriel en Adamuz. Tenía 40 años, y ya habría cumplido los 47. La denuncia se presentó en Córdoba capital, pero la investigación, que al principio lideró la Policía Nacional, dio un vuelco a raíz de que una vecina de Adamuz declarara haberlo visto por las inmediaciones del municipio de Sierra Morena, por lo que el caso pasó a la Guardia Civil. Según la ficha de SOS Desaparecidos, Rafael Muriel mide 1,80 metros y pesa 70 kilos. Llevaba el pelo corto y liso, es rubio y tiene los ojos marrones. Necesita medicación.

Otro caso activo es el de Yaya Diaw, un inmigrante de raza negra que ahora tendría 41 años y que desapareció en septiembre de 2021 en Puente Genil. De acuerdo a la información difundida por SOS, cuando se le vio por última vez llevaba el pelo corto y rizado y su complexión física era delgado. Sus familiares y amigos desconocen su paradero desde el 13 de septiembre de 2021. 

La alerta más actual data del 4 de febrero de 2022, cuando se vio por última vez a Francisco Reyes, vecino de Córdoba capital que habría cumplido ya los 38 años. Su descripción es la siguiente: 1,60 metros de altura, 60 kilos de peso, pelo rapado y de color castaño y ojos castaños. De acuerdo a la ficha de SOS Desaparecidos, posee problemas de salud mental y podría encontrarse en Madrid. 

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