Los paisajes naturales de la provincia de Córdoba del valle de Los Pedroches, el Parque Natural Cardeña y Montoro y la capital comparten pantalla con otras localizaciones de España y Portugal en el documental Dehesa, el bosque del lince ibérico, dirigido por Joaquín Gutiérrez Acha. El objetivo de este largometraje es promover la conservación de estos espacios naturales mediante el retrato de su belleza, su vida y sus amenazas. Especies como el lince ibérico o el águila imperial ocupan varios de los planos como reclamo para su protección.

Una parte fundamental de este documental es la banda sonora, la música que absorbe los matices de la naturaleza y los transforma en composiciones que acompañan a la sucesión de fotogramas. A su cargo ha estado la compositora Victoria de la Vega y su trabajo con la Budapest Scoring Orchestra ha sido reconocido con una preselección para la próxima edición de los premios goya.

Esta creadora madrileña reside actualmente en Estados Unidos y ha llevado a cabo trabajos en estudios como el de Hans Zimmer, lo que  no le impidió sumarse "con muchísima ilusión" a este proyecto en 2019. Aunque es la primera vez que trabaja en un documental como este, se confiesa "una enamorada de la naturaleza" y considera que aún se tiene "la oportunidad de ser consciente de lo que tenemos y apreciar lo único que es".

Así, De la Vega trató de crear en esta banda sonora "un contraste de solistas con la música de orquesta", con lo que encontró en la flauta bajo "al instrumento de la dehesa". Las notas de este instrumento, que dobla el tamaño de la flauta dulce y que no está presente en la orquesta, son las encargadas de abrir el documental. "Es un sonido especial y natural", destaca la compositora, y por ello lo ha escogido para que armonice con otros como el de los violines o los chelos. 

Para ella, "lo más complicado fue encontrar el tono clave, sin pasarte o quedarte corto, y conseguir acción sin convertirte en una caricatura". El trabajo lo desarrolló en base al guion, realizado por Carlos de Hita, y las imágenes a las que tenía acceso, como la secuencia de la pelea entre un zorro y unos buitres.

Encontrar el sonido mediante la experimentación fue algo fácil al ser "algo que sabíamos que estábamos buscando", por lo que De la Vega tuvo clara la forma de añadir a la composición sonidos de piano y percusión, manteniendo siempre "los sonidos naturales, nada electrónico", para mantenerse acorde lo que muestra el documental. La compositora señala que seguir esta línea ha ayudado a mantener el ritmo en secuencias como las que muestran a un alcaudón real protegiendo su nido de una serpiente.

La compositora Victoria de la Vega.

Para De la Vega, este proyecto también tiene relevancia en el plano personal, ya que le ha hecho volver a trabajar en España "después de tanto tiempo fuera" y ya se ha planteado nuevos proyectos a desarrollar que también están vinculados con su tierra.

A nivel medioambiental, considera que es una iniciativa que puede servir como herramienta de concienciación para evitar la desaparición de especies como el lince ibérico, "aunque su situación haya mejorado". La compositora considera que "todos pueden hacer su pequeña aportación" para cumplir las metas ecológicas y preservar las vidas de estos animales. La compositora invita a “ser conscientes de la biodiversidad para disfrutarla, protegerla y ser responsables de su futuro”.