La vacunación está construyendo fortalezas en torno a Santa Eufemia, El Guijo, Conquista o Villaharta, localidades pequeñas y de población envejecida que empiezan a ver la luz al final del túnel tras más de un año de dificultades. Los pinchazos de AstraZeneca, Pfizer o Moderna han levantado murallas y torreones para frenar el covid, y cerca del 70% de la población diana, lo que los expertos consideran la inmunidad de rebaño, ha recibido ya al menos un pinchazo para inmunizarse. Quedan pendientes las almenas, abrir las saeteras, cavar el foso para que la muralla sea 100% eficaz contra el virus; ocurrirá en pocas semanas, algo antes que en el conjunto de la provincia a la vista de las características demográficas de estos municipios.

En Santa Eufemia, símbolo de la despoblación en la provincia, los vientos de una libertad recuperada cruzan ya la puerta de la villa. Desde la casa consistorial, a pocos pasos, Antonio Castillejo (PSOE) observa la evolución desde el despacho de la Alcaldía: "En el día a día se respira algo más de ilusión. La gente está con otras miras, se sale más y se tiene otro optimismo, y eso es algo muy importante para una población como esta, donde hay muchas personas mayores", reflexiona. A mediados de semana, estaban siendo inmunizados los vecinos de 55 años. Teniendo en cuenta que en el censo computan 743 personas, el Ayuntamiento calcula que faltarían por vacunar apenas 250 personas, un 33% del total. La inmunidad de rebaño se roza con los dedos.

Atrás quedaron los días en que el SARS-CoV-2 dio un "zarpazo" en la residencia de mayores calabresa, con varias decenas de contagiados. Corría el mes de septiembre y la noticia dejó noqueada a la localidad: "Todo el trabajo hecho durante estos seis largos meses, todo el esfuerzo y todo el esmero diario por evitar que ocurriera no ha servido de nada. Esta maldita plaga se lo ha llevado por delante de un solo zarpazo", llegó a entonar el primer edil en su perfil de Facebook.

Ocurría el 11 de septiembre, el día en que los 21 niños de la localidad, una de las más envejecidas de la provincia, volvían al colegio San Pedro y Santa Teresa, y el SARS-CoV-2 rasgaba la fina piel de la nueva normalidad. Hasta 22 mayores, uno más que pequeños viven en este rincón de la provincia, iniciaban la batalla contra el coronavirus. Las guerrillas libradas por el virus desde entonces se han cobrado cinco víctimas mortales en el municipio desde el inicio de la crisis sanitaria, con un total de 87 contagios. Quizás haya que recordar aquellos momentos para "no bajar la guardia", pide el alcalde a sus paisanos.

En el Ayuntamiento andan todavía "con bastante precaución", y las fiestas en honor al patrón, San Pedro Apóstol, previstas para el 29 de junio, se han suspendido "porque era imposible garantizar la normalidad". También están alerta ante lo que pueda ocurrir durante los meses de verano, sobre todo en agosto: "Vienen muchos familiares de fuera y la población puede duplicarse. Queremos ser prudentes", reflexiona.

Los niños de Conquista participan en una plantación de árboles.

Las cuentas sobre la inmunización que hacen en Santa Eufemia se repiten en El Guijo, Villaharta o Conquista, localidades del Norte de Córdoba demográficamente muy similares. En este último municipio, de 366 vecinos, tras un tiempo limpio, se ha registrado un contagio en la última semana, señal inequívoca de que la guerra contra el covid continúa. "Por una parte piensas que ha llegado el inicio del fin de la pandemia, pero todavía existe respeto", asume el alcalde, Francisco Buenestado (PSOE). También aquí los vecinos viven "con optimismo pero con prudencia", y para el verano el Ayuntamiento preparará algunas actividades de ocio al aire libre, porque "mejor pecar de prudencia". 

En el recuerdo continúa el brote del mes de febrero, consecuencia de la Navidad, cuando la tasa superó los 2.000 casos por 100.000 habitantes y el primer edil aconsejó a sus vecinos que se sometieran a un “autoconfinamiento voluntario”. Más recientemente, a finales de abril, el Ayuntamiento estuvo diez días cerrado como medida de prevención tras detectarse un positivo en las dependencias municipales. Fueron los peores momentos de la crisis sanitaria, que por fortuna no ha provocado víctimas mortales en Conquista.

Desconfinando con ejercicio en El Guijo

A apenas 30 kilómetros, sin salir de Los Pedroches, los 352 vecinos de El Guijo también rozan la inmunidad de rebaño. El desconfinamiento es en la localidad algo muy serio y se vive con intensidad. Como reflejo, la apertura del gimnasio municipal, ubicado en el Cosódromo, que el alcalde, el independiente Jesús Fernández Aperador, celebró la pasada semana como "un día muy importante" para la historia reciente de la localidad. Porque han hecho falta varios años de trabajo y una inversión superior a los 77.000 euros para la puesta en marcha de este nuevo servicio que han usado la mayoría de los vecinos, tanto jóvenes como mayores, como atestigua la galería fotográfica que puede verse en Facebook.

El pequeño municipio lleva varias semanas limpio, como casi durante toda la crisis sanitaria. Porque, de hecho, El Guijo fue la última de las 77 localidades cordobesas que fue alcanzada por el SARS-CoV-2. Corría ya el mes de diciembre. “Mucho habíamos aguantado, y era raro que no nos llegara”, repitieron entonces los vecinos como un mantra. 

Los mayores de El Guijo visitan la ermita de la Virgen de las Cruces.

Una de las mayores preocupaciones compartida por todos los vecinos durante todo este tiempo ha sido proteger a sus mayores, tanto los que están en sus domicilios y reciben la ayuda a domicilio como los que se encuentran en la residencia de Santa Ana. Precisamente, durante el primer estado de alarma varias trabajadoras se aislaron en el centro con los mayores, un acto de generosidad que sigue latente cada día porque quieren que su centro sea inexpugnable para el covid. “Es el mayor tesoro que tenemos”, explicaba la directora del centro hace unos meses cuando se confinaron diez días en el interior. Los recuerdos, aún vivos, se mezclan ahora con el optimismo. El Guijo no tiene en la actualidad ningún caso activo y, desde el inicio de la crisis, ha registrado 15 positivos y, por fortuna, ninguna muerte.

En comparación con otras localidades, se puede decir que en Villaharta el impacto de la pandemia ha sido casi anecdótico. Entre sus 621 vecinos se han detectado 13 casos y una muerte, registrada en la primera ola. No por ello los desvelos y la fatiga han sido inferiores: "Ya van por el año 1969 vacunando y es un alivio. Esto genera mucha confianza y mucha tranquilidad y tener inmunizados con al menos una dosis a todos los mayores de 52 años es una ayuda muy importante", reconoce el alcalde, Alfonso Expósito (PSOE). 

La localidad de Sierra Morena ya espera con optimismo el verano: "Las perspectivas son buenas y los empresarios y particulares que tienen casas de alquiler tienen reservas para las vacaciones". También se ha reabierto el balneario Aguas de Villaharta, un buen plan para la desescalada, y el Ayuntamiento estudia poner en marcha algún programa de actos alternativo a la feria, prevista para el 15 de julio pero que este año, por prudencia, previsiblemente tampoco se celebrará. Tal vez se monten atracciones para los más pequeños, como han hecho otras localidades con buenos resultados, mientras la fortaleza que proteja 100% contra el coronavirus sigue construyéndose.