Las dos vendimias que vivirá este Montilla-Moriles por culpa de la plaga de mildiu: "Vamos muy justos para abastecer el mercado"
Campiña Sur
La plaga de mildiu ha adelantado la recolección de las uvas, que podría caer a la mitad
Las imágenes de la vendimia en Montilla-Moriles
Los remolques cargados de uvas recorren los caminos de la campiña y en las paseras los frutos empiezan a solearse bajo el duro cielo del verano. La vendimia se ha generalizado esta semana en la Denominación de Origen Montilla-Moriles, lo que la convierte de nuevo en la más temprana de Europa, y las bodegas y cooperativas del marco cordobés empiezan a llenarse con el trajín de los viticultores desde primeras horas de la mañana.
La de 2025 es una vendimia diferente, como señalan todos los agentes consultados por El Día de Córdoba: muy escasa en producción por los efectos de la plaga de mildiu que ha secado una gran cantidad de racimos, y especialmente temprana porque, debido a esta enfermedad, muchas vides se han quedado sin pámpanos y la maduración del fruto se ha acelerado. Las viñas que no se encuentran afectadas por la plaga, sin embargo, van con algo de retraso respecto a lo habitual de otros años, por lo que es posible que haya unos días de impás entre una recolección y la otra.
En la montillana cooperativa La Unión, la mayor de todo el marco, la vendimia de la uva pedro ximénez, la principal en la zona, arrancó el pasado martes de manera oficial después de un par de semana de recolección de variedades tempranas como la chardonnay o la verdejo, tal y como explica el gerente, Francisco Fernández Jurado, que es pesimista respecto a las cifras de este año.
Después de estos primeros días, y de acuerdo a sus cálculos, Montilla-Moriles no llegará a los 17 millones de kilos de uva, lo que supondría una caída superior al 50% respecto a pasadas vendimias. Y todo por la afectación del mildiu, una enfermedad causada por hongos que se manifiesta con manchas en las hojas y que afecta a la producción. La Unión, que cuenta con 1.450 socios, de los que medio millar aportan exclusivamente uva, concentra el 24% de la producción de toda la DO, recuerda el gerente.
Por suerte, la uva que ha salido adelante y se está recolectando está "sana": "Huele a fresco, tiene el aroma adecuado", destaca. En cuanto a la graduación media de estos primeros días, ha sido de 13,8 grados Baumé, lo "ideal" para los vinos que se hacen en la zona, como los finos.
La uva ya solea en las paseras
La otra gran cooperativa montillana, La Aurora, también está en plena producción: los viticultores llevan días aportando su cosecha y las paseras ya se extienden en la explanada cercana al Parador, una de las imágenes más características de estos días. El gerente, Antonio López, coincide al subrayar que el mildiu ha hecho "bastante daño" en la zona, y aunque en un primer momento se habló de un 40% de afectación, el día a día está demostrando que es mayor. "Y es una pena porque debido a la primavera tan lluviosa que hemos tenido podríamos haber alcanzado los 35 millones de kilos", lamenta ante una realidad muy diferente.
Así que todo va "a la mitad" que el año pasado, incluido el volumen de uva de que se destina a las paseras, que apenas serán cinco millones de kilos frente a los diez millones habituales. "Con el vino vamos a ir muy justos para atender la demanda de los clientes", advierte. Por lo que vaticina que "habrá una subida importante de precios, porque todo es muy escaso, muy justo para abastecer las necesidades del mercado".
Por suerte, también destaca que la calidad del fruto es "magnífica, se ha salvado", por lo que los vinos de la cosecha 2025 podrán lucir con orgullo la etiqueta de la DO Montilla-Moriles.
4.200 hectáreas de viña en el Sur de Córdoba
Unas 4.200 hectáreas de viñedo están amparadas actualmente por el Consejo Regulador de la DO Montilla-Moriles, de las que el 95% pertenecen a la variedad pedro ximénez. Es una uva blanca, casi transparente, de piel fina y pulpa muy jugosa, con un contenido alto en azúcares. Esta uva es delicada y muy sensible a los climas húmedos, y en Montilla-Moriles encuentra su hábitat ideal por tratarse de zonas con un clima seco y caluroso y suelos ricos en carbonato cálcico. Se trata de la principal variedad con la que se elaboran los vinos de la demarcación, aunque también se emplean otras como la layren, baladí, verdejo, moscatel, torrontés, chardonnay, sauvignon blanc y macabeo.
Con estos frutos se elabora una enorme variedad de vinos que incluyen jóvenes, de tinaja, amontillados, palo cortado, oloroso y el pedro ximénez o dulce. Este último se considera el vino cordobés por excelencia, una "joya" -como lo define Antonio López-, que poco a poco empezará a brillar.
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