Medio ambiente

La Junta impulsa la restauración ambiental de dos minas a cielo abierto abandonadas en el Parque Natural Sierra de Hornachuelos

  • La Administración autonómica tramita ya la redacción de los proyectos

  • El objetivo es recuperar la cubierta vegetal y realizar movimientos de tierra para eliminar el peligro existente por la profundidad de las zanjas

Aspecto que presenta una de las trincheras de la mina Manzorro, en el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos.

Aspecto que presenta una de las trincheras de la mina Manzorro, en el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos.

La Junta de Andalucía quiere restaurar dos minas de barita a cielo abierto abandonadas en pleno Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos (Córdoba). En concreto, se trata de las explotaciones Baritina y Manzorro, que pertenecían a una misma empresa explotadora, y la intención es la restauración ambiental y paisajística del terreno alterado con vegetación propia de la zona.

Estas minas, "en las que se tiene previsto actuar de oficio" por parte de la Administración Minera, "se encuentran abandonadas, habiendo desaparecido el titular del derecho minero y responsable de las labores mineras existentes", explica la Junta en la memoria del proyecto. La Consejería de Política Industrial y Energía tiene previsto abordar la redacción de los planes de restauración y abandono de labores de estas dos explotaciones mineras.

Una vez que disponga de estos documentos, y en un segundo nivel de intervención, "en próximos ejercicios, siempre que se disponga de los fondos presupuestarios pertinentes, se procedería a la ejecución de las obras descritas en dichos planes".

El objetivo es "la recuperación ambiental de los espacios afectados por las antiguas labores de extracción de mineral, así como de la eliminación del peligro que, para la integridad de personas, ganado y fauna silvestre, supone la existencia en el medio natural" de estas explotaciones. Tras ello, "se procedería a la tramitación de la caducidad para la extinción definitiva de la vigencia del derecho minero".

Por una parte se quiere contratar la redacción del Plan de Restauración y Abandono de Labores de la Concesión Baritina y, por otra, la Modificación del Plan de Restauración y Proyecto de Abandono de Labores de la Concesión Manzorro

La Junta explica que la semejanza entre ambas y, previsiblemente, las soluciones técnicas a adoptar, han hecho que "se considere conveniente reunir en un único contrato la redacción de ambos documentos y no fraccionarlo en dos". El presupuesto máximo para elaborar el proyecto es de 7.260 euros y el plazo de ejecución de 45 días naturales.

Aspecto general de una de las trincheras de la mina Manzorro. Aspecto general de una de las trincheras de la mina Manzorro.

Aspecto general de una de las trincheras de la mina Manzorro.

Situación de la mina Baritina

Según el pliego, la zona de mayor afección de la mina Baritina está en la mitad norte de la concesión, donde se han localizado dos grandes trincheras de formas alargadas, una de 150 metros de longitud y 30 metros de profundidad y otra de 100 metros de longitud y 20 de profundidad. Además, hay al menos dos más de dimensiones mucho más modestas.

Las labores de extracción de mineral se realizaron en los últimos años de la década de 1960 y la primera mitad de la década siguiente, si bien anteriormente se practicaron algunas labores (calicatas y pocitos) con finalidad investigadora; consta también la existencia de labores anteriores al otorgamiento de este derecho minero.

Según indica la memoria, debido a las labores de extracción de barita a cielo abierto realizadas se generaron varios huecos de dimensiones variables. En ellos, y a causa también a la diferente cronología de las excavaciones, "el desarrollo de la vegetación espontánea es en la actualidad diferente, coexistiendo sectores donde, debido a la ausencia de suelo con características apropiadas o del insuficiente número de años transcurridos, no se ha producido la regeneración de la vegetación silvestre, con otros en los que sí aparecen rodales de vegetación forestal".

Además, también crecen, de manera aislada, algunos ejemplares de especies arbóreas y arbustivas propias de la zona. "Como testigos de estos trabajos permanecen sobre el terreno acopios, de considerables dimensiones, con el material rechazado tras la separación del mineral de barita".

Por otra parte, por las cercanías de los huecos de mayores dimensiones discurre un camino forestal que, en alguno de sus tramos, "se acerca peligrosamente a los importantes desniveles generados por las excavaciones citadas".

El objetivo principal es la restauración "ambiental y paisajística de las superficies alteradas, básicamente mediante la implantación de vegetación forestal propia de esta zona de la Sierra de Hornachuelos, procurando la introducción de una mezcla de especie arbóreas, arbustivas y de matorral".

Como condición previa, el pliego determina que se deberá planificar la creación de un "horizonte superficial de suelo que permita no solo soportar las especies introducidas en la reforestación, sino además facilitar la colonización natural por la vegetación silvestre de los alrededores". Todo ello, priorizando la conservación de la "vegetación silvestre leñosa de mayor porte que coloniza los restos de las antiguas labores".

Frentes en roca generados tras la explotación de barita en la mina Manzorro. Frentes en roca generados tras la explotación de barita en la mina Manzorro.

Frentes en roca generados tras la explotación de barita en la mina Manzorro.

La explotación minera Manzorro

Las afecciones localizadas en la mina Manzorro se ubican en la mitad Este de la concesión, con varias trincheras y huecos de extracción de una superficie de entre 0’05y 0’1 hectáreas, destacando entre todos ellos una gran zanja de más de 250 metros de longitud y que forma una depresión de unas 0’3 hectáreas.

Las labores de aprovechamiento de mineral se realizaron sobre todo en la segunda mitad de la década de 1980. Aunque el derecho minero contaba con Plan de Restauración aprobado, apenas se llevaran a cabo estos trabajos en las zonas afectadas.

En lo que se refiere a cubierta forestal, en la actualidad se pueden identificar desde suelos totalmente desprovistos de cualquier tipo de vegetación (incluso herbácea) hasta zonas con un desarrollo considerable de la cubierta forestal, con especies de matorral, arbustivas e incluso arbóreas.

Además, se observan ejemplares de encinas y alcornoques parcialmente descalzados, al llegar las excavaciones hasta la base de sus troncos y desaparecer parte del terreno que les servía de sustento.

Estas alteraciones en el terreno originan riesgos para la seguridad de las personas y la fauna silvestre "por la presencia de peligro de caída en altura en varios puntos de la superficie de la concesión". Los expertos también han localizado un pozo minero abandonado, ubicado en el fondo de uno de los filones explotados.

Como en el caso de la mina Baritina, la vegetación forestal que ha ido creciendo de manera espontánea desde que se produjo el abandono del trabajo minero ha conseguido atenuar, en determinados puntos, el impacto que en su día se generó con la extracción de barita. 

Sin embargo, "en un gran porcentaje de estas zonas se hace necesario planificar acciones destinadas a la recuperación tanto del suelo como del vuelo o cubierta forestal, siendo también aquí este el objetivo principal que se persigue con la actuación cuyo contrato se licita".

Para ello se deberán realizar movimientos de tierra para rellenar, en la medida de lo posible, los huecos generados con las extracciones y "el tapado de las trincheras y zanjas en cuyo borde aparecen los acopios de estériles generados en su día".

Por último y al igual que en la mina Baritina, se introducirán de especies arbóreas, arbustivas y de matorral propias de la zona. Especial mención hace el pliego a los taludes en roca detectados, "en los que además de reforestaciones donde sea posible, se propondrán medidas específicas para la disminución del impacto paisajístico que originan".

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