Provincia

Un matrimonio fallece asfixiado en el incendio de su vivienda en Moriles

  • El hijo, de 19 años, escapó de las llamas al saltar una tapia de tres metros de un patio de luz · El fuego se inició en el comedor, aunque se desconoce si por un brasero o por una colilla · Los vecinos intentaron derribar la puerta blindada del piso sin éxito

La localidad de Moriles, de unos 3.900 habitantes, vivió ayer una trágica madrugada. Los vecinos de la barriada Blas Infante pasaron la noche en vela al ver cómo el fuego devoraba la vivienda del bajo del bloque número diez y cómo el humo asfixiaba al matrimonio de 48 y 43 años que lo habitaba. Su hijo, de 19 años, logró escapar de las llamas después de saltar la tapia de un patio de luz de más de tres metros de altura. El joven fue trasladado al hospital comarcal Infanta Margarita de Cabra, donde permanece en observación tras sufrir una leve intoxicación por humo.

Los datos sobre el siniestro son, de momento, confusos. La mayoría de los vecinos consultados por este periódico coinciden en que el fuego comenzó poco antes de las 04.00, mientras que los servicios de emergencia y los responsables municipales aseguran que no fueron alertados hasta las 04.20. Lo que está claro es que el matrimonio llegó a su casa sobre las 03.00. El hombre -Julio Pacheco Muñoz, de 48 años y camionero de profesión aunque de baja médica- había acudido al hospital de Cabra porque se le habían hinchado los pies. A medianoche, recibió el alta y fue trasladado por su cuñado y acompañado por su esposa -Patrocinio Ojeda Cortés, de 43 años y ama de casa- hasta su domicilio. Al llegar a la vivienda, el hijo de la pareja -Julio Pacheco Muñoz, de 19 años y albañil- dormía. La mujer se acostó y el hombre siguió despierto.

Sobre las 04.00, la mayoría de los vecinos del bloque número diez se despertó de un sobresalto. Según declararon a este periódico, los gritos desesperados de la familia les alertaban sobre un incendio y pedían socorro. Al parecer, el primero en darse cuenta fue el padre, que corrió a despertar a su hijo para que huyera y buscara ayuda. El incendio se había declarado en el comedor y un humo negro y muy intenso inundaba toda la vivienda. El joven llegó hasta un patio de luz, contiguo a su dormitorio, y consiguió saltar una tapia de más de tres metros de altura. Semidesnudo, desollado en pies y cara por el esfuerzo, y ennegrecido por el humo golpeó la puerta del patio de luz pidiendo ayuda hasta que una vecina le abrió.

Mientras tanto, los 30 vecinos del bloque de pisos, casi todos en pijama, salían precipitadamente a la calle. Rápidamente, un grupo de hombres intentó rescatar al matrimonio, que seguía atrapado en su vivienda y que gritaba auxilio. El resto llamaba a los servicios de emergencia y buscaba la forma de apagar el fuego. Los hombres trataron de entrar al piso por la puerta principal, derribándola. Pero fue imposible. La puerta era blindada y con el calor las cerraduras se atenazaron aún más. Uno de los vecinos intentó echar abajo la puerta con una pata de cabra, otro a patadas y un tercero con una bombona de butano, pero fue imposible.

En un par de minutos, una patrulla de la Guardia Civil de Moriles se incorporaba al rescate. Los agentes decidieron intentar entrar en la vivienda por las ventanas traseras, pero unas rejas lo impedían. Con la ayuda de una pata de cabra y haciendo palanca consiguieron derribar una verja, pero la intensidad del humo les cerraba el paso.

A las 04.50 llegaron cuatro bomberos procedentes del parque comarcal de Lucena a bordo de dos vehículos. Derriban la puerta. Un primer agente encuentra a la mujer en el pasillo, a apenas un metro de la puerta. Intenta reanimarla y comprueba que ha sufrido también quemaduras por el fuego. A los tres minutos llega el médico, pero sólo puede certificar la muerte de la mujer. Al fondo de la casa, en un dormitorio junto a la ventana cuyas rejas se consiguieron quebrar, aparece el cuerpo del hombre. Al principio, reacciona de forma positiva a los primeros auxilios, pero vomita y fallece.

El hijo es presa de un ataque de ansiedad y tiene que ser trasladado al hospital en ambulancia, igual que un hermano del fallecido, de 44 años, con los mismos síntomas y en estado de shock por lo sucedido. El matrimonio tiene otra hija de 21 años que estudia en Granada y que no conoció la noticia hasta que no fue recogida por unos familiares. A las 08.10, el perito del Ayuntamiento aseguró que la estructura del edificio no había sufrido daños y ordenó el realojo de los vecinos. Sólo recomendó a los habitantes del piso superior al siniestrado que evitaran pasar por el salón, con la solería muy recalentada.

Un equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil inició las investigaciones, pero solicitó la ayuda a un equipo de investigación de incendios del instituto armado en Sevilla, que no llegará hasta hoy a Moriles. La vivienda siniestrada ha sido precintada. De momento, se desconoce la causa que originó el fuego, aunque se barajan dos hipótesis: un fallo del brasero eléctrico o una colilla mal apagada.

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