"Estamos solos ante la lengua azul": los ganaderos de Los Pedroches lanzan un grito de auxilio

Sanidad

Más de 400 explotaciones del Norte de la provincia de Córdoba, fundamentalmente de ovino y caprino, están infectadas

Agricultura confirma un nuevo foco de lengua azul en la provincia de Córdoba

José Luis Cabrera, ganadero de Los Pedroches. / El Día

Las ganaderías de Los Pedroches están sumidas en una nueva crisis por la enfermedad de la lengua azul, una infección viral trasmitida por el mosquito del género Culicoides que está afectando especialmente a las explotaciones de ganado ovino y caprino, aunque también se está dejando notar en las ganaderías de vacuno de leche, con mayor presencia en la comarca. En las últimas informaciones facilitadas por la Junta de Andalucía, se estimaba que en la provincia de Córdoba estaban afectadas más de 400 explotaciones, especialmente las localizadas en la zona Norte de la provincia.

Cada amanecer, los ganaderos acuden a sus explotaciones esperando de antemano que habrá nuevas bajas en el total de cabezas de ganado, o que verán a sus animales afectados por la enfermedad, “lo que no es nada agradable porque mueren ahogadas con edemas en la cara y el cuello”. Una situación dantesca que en algunas ganaderías está alterando seriamente los índices de producción.

Un animal muerto por la lengua azul.
Un animal muerto por la lengua azul. / El Día

El ganado ovino es, sin duda, el que más está sufriendo este nuevo brote de lengua azul del serotipo 8, según advierten desde las administraciones y las oficinas ganaderas. Aunque la mayoría del ganado se vacuna anualmente de lengua azul, esta inyección ofrece mayores garantías ante los serotipos 1, 4 y 3, por lo que algunos animales que resultan infectados pueden presentar síntomas, pero no llegan a morir.

"Lo peor vendrá en otoño"

Un ganadero de ovino de Pozoblanco con más de 30 años de experiencia, que prefiere permanecer en el anonimato, relata a El Día de Córdoba cómo está haciendo frente a este nuevo brote de lengua azul. Con una ganadería de ovino de carne de más de 300 cabezas, calcula que hasta el momento ha perdido el 15% de su cabaña por la lengua azul, “aunque lo peor vendrá en otoño, que es cuando más incide esta enfermedad, y más a largo plazo, puesto que las pérdidas de ovejas y abortos van a reducir de forma significativa la producción de carne para el próximo año”. Sumando a estos valores, aquellos animales que quedan estériles tras pasar la enfermedad de forma permanente o en algún período posterior.

José Luis Cabrera, otro joven ganadero de ovino y muestra del relevo generacional en las explotaciones de la zona, cuenta que desde que en 2019 tomó las riendas del negocio ya se ha tenido que enfrentar al Covid, a la subida de los precios de los insumos por la guerra de Ucrania y a la compra de pienso durante la sequía. Ahora se enfrenta a la lengua azul, que ya se ha cobrado más de 50 cabezas de su ganado, que estaba en 600 animales entre ovejas, corderas de vida y borregos de cebo. “Siempre hemos vacunado del serotipo 1 y 3, y tras la brote del serotipo 4 del año pasado en Huelva, también las hemos vacunado de este. Pero nos encontramos en mayo con un nuevo brote, esta vez del serotipo 8, y siguiendo las recomendaciones vacunamos la cabaña que teníamos sana", señala.

"Nuestros ingresos se quedan en cero"

Para esta ganadería ubicada en Santa Eufemia las pérdidas son importantes, ya que venden corderas y corderos en vida. Precisamente de las nacidas en febrero, se esperaba poder dejar unas 50, pero muchas han muerto y ahora calcula que podrán dejarse sólo unas 30. “Si a esto sumamos que con el brote de lengua azul no hemos podido vender y los cebaderos están cerrados de momento, nuestros ingresos se quedan en cero”, comenta con resignación.

Ganaderos como José Luis Cabrera han realizado una fuerte inversión en la aplicación de las vacunas de los serotipos 1, 3, 4 y 8. Sin embargo, explica que, “aunque la vacuna del 1 y el 4 la subvenciona la Junta de Andalucía, la 3 y a la 8 la hemos tenido que pagar, a pesar de que han prometido subvencionar el 50% del coste, pero yo a día de hoy aún no he recibido nada”.

Abortos y partos prematuros

A este desembolso por las vacunas se suma el de la aplicación de medicamentos como los antiinflamatorios, que si bien han reducido sus síntomas y el animal ha salido adelante, "hay ovejas tan delgadas y afectadas que seguramente tendrán que ir matadero”. Además de las muertes, también se han registrado abortos y partos prematuros, por lo que las ovejas que estaban preñadas ahora están vacías y habrá que esperar unos tres o cuatro meses para que vuelvan a preñarse. “Esperamos que para marzo podamos vender borregas, porque para diciembre, al menos en nuestra ganadería, la cosa pinta mal”, asegura Cabrera.

Vacunación de ovejas contra la lengua azul.
Vacunación de ovejas contra la lengua azul. / El Día

Respecto a la eficacia de las vacunas, surgen muchas dudas en el sector, porque tal y como cuenta el ganadero de Pozoblanco, tras este reciente brote se ha creado un grupo online de profesionales de toda España en el que plantean las dudas y actuaciones que cada uno está aplicando a sus respectivas ganaderías. “Algunos cuentan cómo con el ganado estabulado y clasificado según si han recibido o no la vacuna aquellas que presentan síntomas son precisamente las que sí están vacunadas”, dice.

Por ello, surgen muchas dudas al respecto de cómo atajar esta enfermedad cuando llega a las explotaciones. Parece que la mayor efectividad está en la correcta desinsectación tanto de los animales como de las instalaciones ganaderas, aunque el producto para ello es una elección personal de cada ganadero. Y, de momento, no se tienen garantías al 100% de que estas desinsectaciones acaben con el mosquito, “pero al menos están evitando las gusaneras del verano”, según advierte José Luis Cabrera.

También hay problemas en el vacuno de leche

En las explotaciones de vacuno de leche de Los Pedroches también se están dando casos de lengua azul. Ana García, que tiene su ganadería en Añora, señala que en su caso solo se han infectado unas cinco o seis vacas de las 200 que tiene, pero que ninguna ha causado baja, solo han presentado síntomas como fiebres altas, muchas babas, unas ronchas por todo el cuerpo y, como consecuencia, han bajado significativamente el número de litros de leche de producción en los días de enfermedad.

Aunque en su caso han sido pocos los animales afectados por lengua azul, otras ganaderías que tienen más cabezas sí han tenido que llevar al matadero a sus vacas. Respecto a las medidas profilácticas que se tienen en su explotación frente a la lengua azul, Ana es muy clara: “O fumigas una vez a la semana o la cosa va a peor”. Reconoce, sin embargo, que es imposible tomar medidas que realmente te libren de esta enfermedad.

El papel de las administraciones en este brote de lengua azul no está siendo determinante, según expresan los ganaderos, ya que “las ayudas llegan siempre tarde". "Te subvencionan según los animales que se te han muerto, pero las ayudas llegan muy tarde y tenemos que hacer frente a unas pérdidas que son a largo plazo”. “Echamos de menos que desde las oficinas agraria o de veterinarios se nos informe sobre cómo actuar”, explica uno de los afectados, algo en lo que coinciden otros. “No ha habido información previa por parte de la Junta, tan solo cuando llevábamos un mes con la lengua azul encima y solo para decir que se vacunara de forma voluntaria, dejando la responsabilidad al ganadero”, censura otro.

Los buitres no se comían los cadáveres

Ovejas muertas por la lengua azul.
Ovejas muertas por la lengua azul. / El Día

Son los años de experiencia en el campo los que hacen que el ganadero sepa lo que se le viene encima. Así, uno de los afectados cuenta que en el momento en el que tuvo varias ovejas muertas y no acudían los buitres a comerse los cadáveres, fue cuando supo que venía fuerte la lengua azul: “Porque los buitres ya estaban hartos de comer y por eso tardan en llegar”.

Precisamente, sobre la retirada de cadáveres tampoco están muy contentos los ganaderos de Los Pedroches, porque o bien tienen la autorización para dejar los animales muertos en un muladar para los buitres, o tienen que esperar con el montón en descomposición hasta que vienen a retirarlos, dada la alta demanda de estos servicios en estos momentos.

Ante esta situación, los ganaderos de Los Pedroches se sienten solos y abandonados por la Administración ante uno de los brotes más virulentos de lengua azul que está afectando a muchas explotaciones, especialmente a las de ovino, “a las que ya nos cuesta resistir en este empeño de mantenernos en el mundo rural". "Solo espero que se nos ayude para poder salir de esta ruina y se nos compense para poder recobrar la ilusión de seguir adelante”, concluye José Luis Cabrera.

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