Cuaresma

Los judíos de Baena asaltan las calles en el primer miserere en honor al Nazareno tras dos años de pandemia

  • Esta tradición, que culminará en la iglesia de San Francisco, se repetirá los cinco viernes de Cuaresma

Los judíos,  en su desfile.

Los judíos, en su desfile. / Sara Núñez

Los judíos de la cola negra han abarrotado las calles del casco histórico de Baena con motivo de la celebración del primer miserere de Cuaresma en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Tras dos años de obligado parón por la pandemia, las ganas de volver a tocar el tambor eran ya prácticamente incontrolables.

Desde primera hora de la tarde, respetando el bando municipal, los judíos han participado en esta antiquísima tradición que culminará en la iglesia de San Francisco y que se repetirá durante los cinco viernes de Cuaresma. El vello se ha erizado al oír de nuevo el característico toque del tambor de Baena.

Ataviados con la típica indumentaria de pantalón negro, camisa blanca, chaqueta roja bordada y pañuelo asido al cuello, y aunque hasta el comienzo de la Semana Santa sin casco de coracero y sin plumero, los judíos de Baena han hecho sonar como nunca sus tambores y a golpe de baqueta han vuelto a demostrar el arraigo y sentimiento del baenense hacia esta singular e inigualable fiesta.

La Cuaresma en Baena brilla con luz propia, pero este año aún más porque los judíos van a vivirla como un auténtico comienzo, disfrutando de cada ínfimo momento porque desgraciadamente han sufrido dos años en los que no se ha podido vivir la Semana Santa en su máximo esplendor.

Puntual a su hora, con el nervio en el cuerpo, cientos de judíos se han dado cita en la plaza de la Constitución para demostrar por qué el sonido de sus tambores y su singular toque, están declarados patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. Desde aquí han llenado las de Baena recordando al mundo entero que estamos en Cuaresma.

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