Las persianas permanecen echadas, los grifos de cerveza apagados, las cafeteras desconectadas. Los bares y restaurantes de la localidad de El Carpio han iniciado una huelga de dos días ante lo que consideran una "competencia desleal" por parte de las asociaciones y colectivos carpeños, fundamentalmente determinadas cofradías de Semana Santa que organizan "todo tipo de actividades gastronómicas la mayoría de fines de semana". Tras mantener algunas conversaciones infructuosas con el Ayuntamiento, la gota que ha colmado el vaso ha sido la Semana del Choto, impulsada por una hermandad. 

"La hostelería va cada vez a peor y no nos queda margen de maniobra", ha justificado este miércoles el portavoz de la Plataforma de Hostelería Carpeña, Rafael Castro, quien ha cuantificado en el 100% el seguimiento del primero de los dos días de huelga convocados. El único establecimiento que ha permanecido abierto es el del hogar del pensionista. Durante toda la mañana, además, los empresarios se han concentrado a las puertas del Consistorio y han mantenido una mesa instalada para informar a los vecinos.

La plataforma la integran 16 hosteleros, todos los del municipio. Castro ha aclarado que su colectivo "no está en contra" de las asociaciones o hermandades, a quienes ha reconocido su trabajo para dinamizar la vida del municipio del Alto Guadalquivir, sino en la "manga ancha" que encuentran por parte del Ayuntamiento para organizar actos que les compete a la hostelería. Para la plataforma, se trata de un problema de "competencia desleal".

La demanda básica del colectivo es una "nueva ordenanza municipal" que regule "de manera justa" las actividades que desarrollan a lo largo de todo el año los clubes, hermandades y cofradías, peñas y asociaciones. También reclaman que el Consistorio elabore un calendario de todas las actividades y que lo haga público a principios de año. La tercera y última petición es un "mayor control y vigilancia" de todas estas actividades, con las que los hosteleros están dispuestos a colaborar, ha insistido Castro.

La alcaldesa alega que no puede limitar las actividades

La alcaldesa carpeña, Desirée Benavides (PSOE), ha condicionado este miércoles una reunión con la plataforma a que dé un paso atrás y desconvoque la huelga, lo que no han aceptado. A través de la red social Facebook, la regidora ha emitido un extenso comunicado en el que justifica que desde "el Ayuntamiento hemos actuado sobre la problemática que denuncia la hostelería a partir del mismo momento en que hemos sido conocedores del asunto", aunque ha excusado que como Administración pública no puede, legalmente, "restringir el número de actividades que llevan a cabo las asociaciones y colectivos".

"Decidir de forma arbitraria la cantidad de las mismas o imponerles una limitación es por mi parte un ejercicio de poder abusivo, que está tipificado como prevaricación, además de poder incurrir en algún que otro delito más por estar atentando contra el ejercicio libre de las asociaciones, que es un derecho inalienable", ha incidido Benavides.

La primera edil ha hecho un llamamiento "a la cordura, al sentido común y a la fraternidad" para que se produzca un "acercamiento" y "poder convivir en paz". "Este asunto no es un tema de legalidad o ilegalidad, es un asunto de acuerdos y de compromiso y estoy segura que podemos lograrlo entre todos. Esto solo lo soluciona el convencimiento, y ese se alcanza con otros medios", ha recalcado.