La exaltación de los sentimientos

La provincia ha vivido un fin de semana intenso de actos cuaresmales, que han tenido su máxima expresión en los pregones de Semana Santa, cargados, sobre todo, de sentimientos y de exaltación de las tradiciones. Así, el amor, "conocimiento, respeto, responsabilidad y cuidado". En torno a esta máxima, el pregonero de la Semana Santa de Baena, Juan Mariano Fernández, envolvió su canto. Ya lo anticipó en sus primeras palabras: "vengo a hablar de fe, amor, amistad, alegría y resurrección". Desde un principio, el Teatro Liceo sabía a lo que asistía, a un pregón emotivo, detallista, cargado de emoción, de sentimiento y ante todo, de religiosidad y "amor a Dios y al prójimo".

Con la Sagrada Biblia en las manos, Fernández fue recorriendo paso a paso los días grandes de la Semana Mayor baenense, dando constancia de su fiel cronología, algo de los que pocas semanas santas pueden presumir y abogó por "el respeto a los estatutos, a las demás hermandades, a las demás cofradías y por la otra cola que no es más que una parte de nosotros mismos".

Como no podía ser de otra forma, el pregonero homenajeó a la figura del judío, a lo que sus toques y forma de ser conllevan, al arte de echar las cajas: "noche de poco sueño, noche sin madrugada, noche de cajas en Baena. De todas partes salen judíos, de todos lados se acude a tocar el tambor. Se rompe el silencio en el alba".

Especialmente emotivo fue el recuerdo a la Cofradía del Silencio, de la que su padre fuera fundador hace ahora 50 años. "Terminado el Silencio, catorce estaciones sentidas, a Santa María hemos vuelto, Cristo del Perdón en silencio, traspasados pies y manos, ahí te quedas Señora a los pies de la cruz llorando, ahí te quedas solita, que nosotros ya nos vamos".

El pregonero homenajeó a las centurias romanas y bandas de las diferentes cofradías y a la banda de música municipal por "el enorme esfuerzo que realizan durante todo el año para el engrandecimiento de la Semana Santa. Su callada labor nos dota de un rico patrimonio, que si no existiera haría muy diferentes nuestras procesiones".

En Priego de Córdoba, el Teatro Victoria acogió una alocución a cargo de Ana Redondo Galán, elegida como pregonera por la Hermandad de la Paz. Redondo dio un pregón sincero y principalmente familiar, donde mostró sus vivencias propias y las familiares. Mostró una fe sincera y una devoción principalmente mariana cargada de anécdotas. Se adentró poco a poco en "cada hermandad", dando pinceladas de cariño a cada una de ellas, todo ello en un marco en el que el acompañamiento musical fue importante y constante.

En Peñarroya-Pueblonuevo, Francisco Baena realizó un pregón en la iglesia de El Salvador donde no faltó la parte audiovisual, en la que se pudo ir viendo por orden cronológico, conforme lo iba desgranando, montajes realizados por él mismo con los titulares de todas las hermandades locales. Fue una alocución cargada de poesía y de religiosidad, en el que no faltaron pinceladas históricas de cada hermandad ni una mención especial al papel que la mujer peñarrotense desarrolla desde hace muchos años con las hermandades de la ciudad. Francisco Baena brilló con luz propia en un pregón hermoso.